Queramos o no, parece que la inflación ha llegado para quedarse y eso significa mirar mucho como gastamos y en que lo gastamos. El supermercado (sea Mercadona, Dia o Lidl), el híper (sea Alcampo o Carrefour), nuestra tienda de conveniencia o los mercados tradicionales están en el punto de mira desde hace varios meses a través de ciertas subidas que además se combinan con la subida del precio de la luz y el coste de la energía.
Fenómenos como la estanflación, del que ya te explicamos en su momento que significa y como lo utilizan las marcas para ofrecer menos producto al mismo precio, están a la orden del día y fijarnos bien en lo que compramos, como lo compramos y cuando lo compramos será clave para que el ticket de compra no se dispare.
Ya no hablamos solo de prestar atención a las posibles rebajas o anuncios de ahorro que hagan las grandes superficies, tampoco de días claves para hacer la compra de la semana o el mito de por qué no comprar pescado el fin de semana, sino de cómo ahorrar y comprar en el supermercado para evitar esa inflación.
Cocinar en casa se vuelve una necesidad más que nunca, teniendo en cuenta que la restauración y la hostelería también están repercutiendo sus múltiples costes en el consumidor final. Por este motivo, pensar bien cómo debemos hacer la lista de la compra y lo que tenemos en mente comprar es fundamental para no gastar más dinero de la cuenta.
Comprar productos enteros
Este dilema ya te lo explicamos en su día a la hora de ahorrar para comprar un pollo entero, una forma mucho más práctica de consumir este tipo de aves y no gastarnos un pastón en su despiece.
Al final, si valoramos por separado cada producto como las pechugas, los contramuslos o los muslos, comprobamos que el pollo, a pesar de ser un alimento relativamente barato, puede ser mucho más caro de lo que pensamos.
Esto también nos va a pasar a menudo con los pescados, sobre todo si pretendemos comprar lomos o supremas de ciertos pescados como el bacalao, la merluza o el salmón, que suelen ser los más habituales en este tipo de despieces y que sin embargo también pueden reventar nuestra lista de la compra.
Se trata de calcular el precio unitario del producto y ver si nos va salir a cuenta que nosotros lo trabajemos en casa o por el contrario es inmanejable como para que nos lo llevemos en entero.
En cualquier caso, recuerda que ciertos productos siempre pueden tener una o dos vidas, como un pollo que hacemos se puede convertirlo en croquetas o como un despiece de pollo nos puede permitir luego hacer un caldo con él.
Evitar los precocinados
Es cierto que nos salvan en más de un apuro, pero la realidad es que si vamos apurados de pasta, lo mejor es intentar recurrir a la cocina más fresca posible porque va a ser la que menos cueste comprar.
El ejemplo lo podemos encontrar en un montón de precocinados y prefabricados como pueden ser las sopas o cremas de verduras ya envasadas, las ensaladas en bolsa, y otro tipo de Dips como puede ser un guacamole un humus, que también son bastante más caros cuando los compramos ya hecho.
Evidentemente, esto es extrapolable a casi cualquier tipo de precocinado o prefabricado, incluyendo los típicos cocidos, lentejas o fabada de bote.
En cualquier caso, siempre tened en cuenta que hemos de prestar atención al dinero que nos vayamos a gastar y a la inversión en tiempo que supongan estos platos. Si es una cuestión de tiempo, presta atención a estas recetas fáciles de fabada, cocido, lentejas o alubias para disfrutar comiendo en casa gracias a la olla exprés.
Mirar los cambios de tamaño / precio
Es muy posible que más de un producto de los que son habituales en tu lista de la compra te acaben sorprendiendo y de repente sean más baratos.
Antes de fiarte de que las marcas se han vuelto súper amables y quieren hacer más barata tu cesta de la compra, comprueba que no han cambiado el tamaño de lo que están ofertando. Por eso, es importante que te fijes en la cantidad de peso real que lleva lo que estás comprando.
Puede pasar con el café, con el cacao en polvo, con la leche, con las cremas y todo lo que vaya en brick, generalmente cualquier tipo de producto que tenga un poco de aire y juegue con ese margen donde el envase permita al fabricante incluir menos cantidad por el mismo precio.
Apóyate en los congelados
Ahora más que nunca los congelados son nuestros mejores aliados a la hora de hacer la compra. Siempre que estemos hablando de congelados de cierta calidad y que estén lo menos procesados posibles, como pueden ser ciertas hortalizas, ciertas carnes o ciertos pescados.
Comprueba siempre que su opción es más barata que la opción de comprar un producto muy parecido en fresco, además así nos vamos a poder permitir surtir el congelador de un fondo de armario funcional que nos facilite la tarea de comprar y de cocinar en casa.
Familiarízate con los productos de consumo inmediato
Son muchos los supermercados que destinan una vitrina a los productos de consumo inmediato, generalmente con descuentos de entre un 30 % y un 50 %, porque esos productos son perecederos y tienen una fecha de caducidad o consumo preferente muy cercana.
Apóyate también en este tipo de productos para intentar reducir al máximo los costes de tu lista de la compra. No se trata por el contrario de que compres todo lo que acabe en este lineal, porque puede haber cosas que realmente no te convenza ni sean útiles para tu cocina, pero si aquellas con pequeñas cosas que te puedan venir bien puntualmente como puede ser un queso, una pasta fresca, una mantequilla o incluso una lámina de hojaldre.
La opción creciente de la compra a granel
Estamos muy habituados a que ciertos productos vengan marcados en cantidades de medio kilo o de kilo, pero es bastante posible que nuestras casas o esas cantidades se queden largas o se quedan excesivamente cortas.
Con el auge de la compra a granel, sobre todo reivindicada en legumbres y productos poco perecederos o secos, podemos ahorrar algo de dinero si tenemos en cuenta las cantidades que queremos comprar.
También en la compra de graneles, os recomendamos que prestéis especial atención al consumo de verduras y frutas, abandonando los conceptos abstractos de gramos y kilos y apostar por los conceptos unitarios.
Realmente, cuando preparáis cualquier tipo de receta, es muy poco habitual que utilicemos cantidades precisas de gramos o kilogramos, por el contrario lo más frecuente será cocinar por unidades.
Crockpot Olla de cocción lenta digital para preparara multitud de recetas | 4,7 L | Acero Inoxidable, Negro [SCCPRC507B]
Hay muy pocas frutas o verduras que sean precisas en el concepto de unidad o gramos, por eso comprar 450 gramos o medio kilo de manzanas puede significar comprar tres manzanas o dos manzanas y media.
Imágenes | Freepik
En DAP | 13 consejos para gastar menos energía en la cocina y ahorrar en la factura de la luz
En DAP | ¿Quieres saber cómo ahorrar en la cocina?
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios