Es tiempo de sandías: esta es la manera correcta de consumirlas y conservarlas según la OCU

La organización recomienda consumirlas de temporada y de producción nacional, más sostenibles

La sandía, junto con el melón, son las frutas estrella de esta época del año, un fresco y dulce refrigerio que viene bien en cualquier momento del día. De hecho, cada español toma de media unos 8 kilos de sandía al año, concentrados principalmente durante los tres meses de verano.

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la mayoría de las sandías estivales en España son de producción nacional, normalmente de la zona sur de la península.

Ahora bien, en las tiendas se ven también muchas sandías procedentes de Marruecos, cuyo volumen se ha incrementado hasta 10 veces en la última década y que compite con la sandía nacional en época estival. En invierno también es posible encontrar sandías, pero estas van a ser de importación, principalmente de países situados en el hemisferio sur, como Sudáfrica o Brasil.

En cualquier caso, la sandía permite hidratarse comiendo, lo que es especialmente interesante en los meses de calor. Su bajo poder calórico, debido a su elevado contenido en agua, y su baja cantidad de azúcar hace que se pueda comer una porción grande (alrededor de 200 g de parte comestible). Esto la hace ideal para las personas que deban vigilar el consumo de azúcar o de peso.

Además, puede ser el sustituto ideal (y sano) de los postres azucarados (lácteos, helados, bollería, etc.) en las comidas principales o en las meriendas.

Como otras frutas presenta una buena cantidad de minerales, como el potasio, y vitaminas, como la vitamina C y la provitamina A representada por los carotenoides que son los pigmentos que dan el color a la pulpa de la sandía, y que son dos buenos antioxidantes.

Consejos para comprar las sandías

Elegir una buena sandía no es un proceso sencillo. El primer consejo es comprarlas cuando sea su temporada (desde mayo hasta principios de septiembre) y preferiblemente producto nacional, que es más sostenible.

Habitualmente se venden en contenedores de gran tamaño repletos de sandías. Es preferible escoger aquellas que están en la parte superior y comprobar siempre que la corteza está firme y dura, sin zonas blandas que puedan ser sintomáticas de que han sufrido un golpe.

Hay que escoger siempre productos sin defectos aparentes, grietas o golpes. En las sandias siempre hay una zona de color más claro, que es donde se apoya la sandia en el suelo, eso no es un defecto. La zona del pedúnculo no debe estar muy seca y debe oler a fresco.

Por mitades y cortadas

La ventaja de comprar sandías por mitades es que ayuda a evitar el desperdicio alimentario. Pero, atención, la AESAN advertía de los riesgos de comprar este tipo de frutas ya partidas, porque en muchas ocasiones se encuentran a temperatura ambiente. Se debe evitar escoger piezas muy maduras, evitar exponerlas al calor, y refrigerarlas lo antes posible. Si esto no es posible, hay que evitar comprar mitades.

En cuanto a las raciones de sandía ya la troceada, sin cáscara, en un envase cerrado. Para alguna ocasión puede ser una opción. Pero es una forma cara de comer sandía, algo que se puede comprobar al mirar el precio por kilo.


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En casa se puede guardar la pieza entera de sandía durante días a temperatura ambiente, procurando evitar zonas de intenso calor o sol directo. En cuanto se abra la sandía, conviene refrigerarla lo antes posible. Hay que meterla en la nevera tapada con un film, para evitar que atrape olores no deseados. Dentro del frigorífico, puede dejarse en la parte menos fría.

Foto | Rodion Kutsaiev

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