Aunque en la página web de la conocida chocolatina se sigue especificando que el 100% de su producción se realiza en Suiza, su actual propietaria, Mondelez, ha anunciado que Toblerone comenzará a fabricarse, en parte, en Eslovaquia.
La deslocalización de empresas, por muy míticas que sean, ha dejado de ser noticia. Pero en el caso de Toblerone la decisión es más arriesgada, pues una ley suiza de 2017 prohíbe el uso de símbolos nacionales para promocionar productos a base de leche que no se fabriquen exclusivamente en Suiza.
Para otros alimentos, el umbral es de al menos el 80%, pero en este caso Mondelez se verá obligada a retirar el monte Cervino y el oso de Berna que se dibuja en su interior del icónico envase de Toblerone.
Además, la marca también tendrá que cambiar la frase impresa en el empaquetado: de "Toblerone de Suiza" a "Fundada en Suiza". Esta barra de chocolate fue creada en 1908 por Theodor Tobler, cuyo padre era dueño de una confitería en Berna, aunque su imagen actual no se consolidó hasta los años 70 del pasado siglo.
A Mondelez no le importa perder el Cervino
En declaraciones a la BBC, un portavoz de la compañía ha asegurado que la deslocalización de parte de la producción “responde al aumento de la demanda en todo el mundo y a la necesidad de ha crecer nuestra marca Toblerone para el futuro”.
Mondelez es perfectamente de que tendrá que cambiar los envases, pero sume los riesgos. De hecho, ya está sobre la mesa una nueva imagen que incluirá un “nuevo tipo de letra y logotipo de Toblerone distintivos que se inspiran aún más en los archivos de Toblerone y la inclusión de la firma de nuestro fundador, Tobler”.
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