La guerra contra el plástico desechable he condenado al ostracismo a las pajitas de este material, pero la alternativa de papel no está siendo muy exitosa
Las pajitas de plástico casi han desaparecido de nuestras vidas desde que entró en vigor la Ley de Residuos aprobada en 2020 siguiendo las recomendaciones de la Unión Europea. Como tantos utensilios de plástico desechable, se están sustituyendo por alternativas para tratar de frenar la contaminación por plásticos que amenaza al planeta y, especialmente, a los océanos.
El problema es que muchas de esas alternativas no gustan a nadie, vuelven a traer problemas para el consumidor y la industria y, para más inri, también dejan su huella en el medio ambiente.
En el caso de las pajitas tenemos como sustitutas las de papel o cartón, que cada reciben más odio e inquina por quienes las tienen que sufrir. Se deforman rápidamente, no se pueden reutilizar, dejan un regusto raro, tienden a romperse y muchos modelos son difíciles de usar para personas con discapacidad.
Científicos e investigadores de todo el mundo trabajan por desarrollar alternativas válidas y efectivas que no supongan renunciar a las ventajas del plástico, y parece que han dado con una solución al dilema de las pajitas.
Un equipo del Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) ha desarrollado un nuevo prototipo de pajita bioplástica que, comparada con las comerciales de plástico corriente y las de papel, se degrada mucho más rápido en un medio costero que estas, por lo que contamina notablemente menos.
No todos los plásticos son iguales
El plástico llegó a nuestras vidas para hacernos el día a día más sencillo, pero acabamos abusando de él y terminó invadiendo nuestras vidas y creando un grave impacto en la salud del planeta y también, parece, del propio ser humano. Pero pretender acabar con él de un plumazo es algo ingenuo y, a estas alturas, tan absurdo como imposible.
Hablamos genéricamente de plástico, pero hay muchos tipos distintos que se fabrican de manera diferente, con un impacto también dispar en el medio y los recursos naturales. Los investigadores del WHOI llevan años trabajando en un proyecto que cuantifica la vida ambiental de una amplia gama de productos plásticos y así determinar cuáles tienen una vida más corta y cuáles más larga en el océano.
En un trabajo publicado en ACS Sustainable Chemistry & Engineering, los científicos Collin Ward, Bryan James, Chris Reddy y Yanchen Sun han demostrado que unas pajitas fabricadas con CDA (diacetato de celulosa) espumado se degradan más rápido que las de otros plásticos y también que las de papel.
Para ello, sumergieron durante meses pajitas de diferentes materiales en tanques que recreando las condiciones ambientales de una costa oceánica. Probaron pajitas de papel, CDA sólido, polihidroxialcanoatos (PHA), PLA y PP (otros polímeros). En las semanas que las pajitas estuvieron sumergidas, las de CDA, PHA y papel se degradaron hasta un 50%, estimando una vida útil de entre 10 y 20 meses en el océano costero. Las pajitas de PLA y PP no mostraron signos apreciables de degradación en todo ese tiempo.
Compararon los resultados con el prototipo de pajita fabricada con CDA espumado, comprobando que esta se degradaba un 184% más deprisa que la sólida, por lo que su vida útil en el medio ambiente es menor incluso que la de las pajitas de papel. Conserva las mismas propiedades y ventajas que una pajita de plástico corriente, pero contamina menos que ellas e incluso menos que las de papel, que son de peor calidad para el consumidor.
Para los autores de este estudio, los resultados obtenidos son prometedores ya que pueden ser muy valiosos de cara a orientar a la industria sobre qué materiales emplear en la fabricación de sus productos, sin tener que eliminar el plástico por completo de nuestras vidas.
“La realidad es que el plástico está aquí para quedarse”, afirma Ward. “Estamos intentando aceptar el hecho de que estos materiales van a ser utilizados por los consumidores, y luego podemos trabajar con las empresas para minimizar su impacto en caso de que se filtren en el medio ambiente”.
El CDA o diacetato de celulosa es un polímero derivado de la pulpa de madera muy utilizado en bienes de consumo; al desarrollarlo espumado se aumenta su superficie, logrando una aceleración de su descomposición en el agua.
Imágenes | iStock/Daisy-Daisy - WHOI - Freepik
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