Por muy caseros que sean, los postres siguen siendo para un consumo moderado y puntual. Pero, ya que nos damos un capricho, mejor elegir productos artesanos de calidad, un consejo que la OCU aplica como norma para recomendar los mejores postres envasados de supermercado, como son las natillas. Sin abusar, la clave está en leer bien las etiquetas para encontrar la referencia con la menor lista de ingredientes.
Es una regla que podríamos aplicar a casi cualquier producto; normalmente los ultraprocesados más insanos exhiben listados interminables de ingredientes con nombres de sustancias y aditivos que difícilmente usaríamos en casa. Gracias a que muchas empresas están apostando por recuperar el trabajo artesanal a nivel industrial, podemos localizar en el supermercado postres refrigerados como unas natillas caseras de toda la vida que casi son como las que haría nuestra abuela, nuestros padres o nosotros mismos.
Si hace unos años la OCU desaconsejaba rotundamente comprar este postre en el súper por la mala calidad nutricional de la gran mayoría de productos, ahora la organización sí destaca algunas referencias como buenas elecciones, con un nombre como ganador absoluto: La Ermita, empresa cántabra de tradición familiar que nació en el siglo XIX como taberna y tienda de ultramarinos.
Las natillas de la Ermita, según el análisis de la OCU, destacan sobre todo porque carecen de aditivos innecesarios y por el mínimo nivel de transformación; es decir, siendo un alimento procesado, no entra en la misma categoría que otros ultraprocesados industriales más habituales. En cuando a su calidad nutricional, es aceptable teniendo en cuenta que es un postre dulce para consumo ocasional.
Los ingredientes nos indican por qué son como unas natillas caseras de verdad: leche entera de vaca pasteurizada aromatizada con canela en rama y corteza de limón, azúcar y yema de huevo (15%). Ganan puntos por no recurrir a la maizena o ningún almidón o espesante para hacerlas más espesas, un recurso barato que incluso usamos en casa con frecuencia, y que se aromatizan con canela en rama y limón natural. Además, no llevan tanta proporción de azúcar como otras.
No son las más baratas del mercado, con un precio de entre 2 y 2,15 euros por unidad de 145 g, pero merece la pena invertir en un producto de calidad si nos vamos a permitir un capricho dulce puntual. Y si en tu casa se tomaban con galleta, siempre puedes ponérsela a tu gusto a la hora de servirlas.
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