Deberíamos aprender mucho de nuestros más primitivos ancestros
Por qué deberíamos lavar el plátano antes de pelarlo. Esta es la forma correcta de hacerlo
Los plátanos llevan con nosotros toda la vida. Fuente de fibra, de vitaminas y de valiosísimos minerales como el mítico potasio, esta curvada y amarilla fruta es uno de los grandes protagonistas de nuestro frutero.
Puede ser plátano o puede ser banana, pues ya sabéis que ambos nombres definen a la misma especie, que no es otra que la Musa × paradisiaca, que es lo que habitualmente en España vamos a comprender como plátano o como banana, en oposición a la Musa balbisiana, que es lo que consideramos el plátano macho, que se come verde, cocinado y que es muy habitual en las cocinas hispanoamericanas.
Lo que sí es cierto, sea plátano o banana, es que no siempre hemos pelado bien a esta curvada (por cierto, estos son los motivos de su forma) y amarillenta fruta. Más amarillenta cuanto más madura está, y que además generalmente va a venir marcada por ciertas motitas negras, especialmente en el plátano de Canarias, lo cual ha hecho diferencial su apariencia.
También, por regla general, el plátano de Canarias va a ser un poco más pequeño que las bananas que se cultiva en Hispanoamérica, pero todo esto son detalles menores en lo que hoy nos incumbe: saber cómo pelar correctamente un plátano.
Es cierto que, en función de cómo de maduro vaya a estar, puede ser más o menos fácil pelarlo. Pero también es verdad que hay una forma infalible de pelar un plátano, que nos va a evitar enfrentarnos a una batalla absurda y siempre perdida cuando comprobamos que no conseguimos pelarlo.
De hecho, es bastante habitual que nos acabemos frustrando y acabemos tirando por el camino de en medio, cogiendo un cuchillo y dando un pequeño tajo a la fruta en cuestión.
Esto nos pasa porque hemos visto pocos documentales de La 2 de TVE cuando aparecen monos y otros simios, encandilados habitualmente de consumir plátanos y bananas, y que tienen una fórmula infinitamente mejor de pelar plátanos, a pesar de que son mucho más fuertes que nosotros y recurren al clásico de más vale maña que fuerza.
Si eres de los que, cuando pela un plátano, tira de la punta más alargada, has de saber que lo estás haciendo 'mal'. Mal si no consigues pelarlo, claro. Esta parte ofrece más resistencia y, cuando el plátano está maduro, generalmente sale con mucha facilidad.
Pero no siempre pasa así. Por eso, mejor ver lo que hacen nuestros simios amigos, que no es otra cosa que tirar ligeramente del pequeño punto negro que hay al final del plátano, que va a permitir que cualquier plátano –que no esté sin madurar– se pele con una extraordinaria facilidad.
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