Así era la ley real que durante 400 años obligó a realizar la cerveza de una determinada forma

  • La ley de pureza de 1516 promulgada en Baviera supuso la piedra de toque de la cervecería alemana durante siglos

  • Su presencia, de carácter proteccionista, llegó a condicionar relaciones entre países vecinos como Francia

Es muy posible que ahora, en pleno siglo XXI, hablar de leyes reales nos suene a lección de historia de tercero de la ESO. También podría ser que nos sonase a 2º de BUP, para no dejar atrás a todos aquellos que precedieron a la LOGSE.

Lo que sí es cierto es que, aunque insistamos en que suene extraño, hubo un tiempo donde los reyes promulgaban todo tipo de leyes. Lo que no es de esperar o, cuanto menos, imprevisto es que un dictamen real se extendiese más de 400 años y supusiera la forma en la que tradicionalmente se ha entendido la cerveza.

¿En todo el mundo? No. Nada más lejos de la realidad, pero sí es cierto que fue la vara de medir por la que se rigió la cerveza alemana, una de las grandes cunas cerveceras del mundo, durante siglos.

Lo cierto, curiosidades aparte, es que aquella medida enormemente proteccionista estuvo rigiendo el destino de la cerveza alemana desde principios del siglo XVI, tanto que llegó a complicar las relaciones entre Alemania y Francia ya a finales del siglo XX, que llegó incluso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Entre medias, la historia se llena de trampas, de religiosidad, de intenciones de lucrarse a costa del consumidor y, también, de procurar que los panaderos pudieran hacer su trabajo sin tener que enfrentarse a costes brutales. Una auténtica lucha de poder que tuvo como nombre Reinheitsgebot y que comenzó en el año 1516.

Del proteccionismo económico al religioso

Un hombre sirve cerveza desde un barril. ©Oktoberfest.de

Para ponernos en contexto nos tenemos que trasladar a los primeros compases del siglo XVI. En el Sacro Imperio Romano Germánico, el emperador Maximiliano I de Habsburgo gobernaba de iure, pero de facto, los estados –arzobispados, ducados, ciudades libres…– que conformaban el territorio tenían sus propias leyes y jurisdicciones. En cierto modo, el Sacro Imperio era una entidad supranacional y federal, conformada a modo de monarquía electiva donde esos estados elegían al emperador.

Uno de los estados que conformaba aquel territorio era el ducado de Baviera, cuyas fronteras coinciden enormemente con el lander actual alemán, y allí gobernaba en el año 1516 el duque Guillermo IV. No solo, pues debió desde ese mismo año compartir el trono ducal con su hermano Luis X, conformando un curioso duunvirato.

Siendo previamente ya una zona conocida por la elaboración de cerveza, Baviera debía hacer frente a nuevas realidades dentro del Sacro Imperio Romano Germánico.

Algunas eran de carácter económico y otras de carácter religioso, pero en todas ellas siempre aparecía un componente político que dinamitaba una de las dos realidades. Razón por la que, lo que parecía simplemente una ley de calidad, acabaría convirtiéndose en una ley política y religiosa que consolidaba el mandato del duque.

Una ley con tres ingredientes

La ley obligaba a que solo se pudiera hacer cerveza con cebada. ©Freepik.

Así aparece en el 23 de abril 1516 la Reinheitsgebot, lo que se traduce literalmente como 'ley de pureza' y en la cual se establecía principalmente que solo se podía elaborar cerveza con cebada, agua y lúpulo. No es una cuestión menor y aquella decisión, tomada como garantía cualitativa, estaba llena de pespuntes que iban mucho más allá. Además, también en ella figuraban los precios que debía valer la cerveza en función de la época del año.

El hecho de restringir la fabricación de cerveza solo a la cebada tenía un sentido práctico: evitar usar otros cereales más baratos en ella. Esto suponía que el trigo y el centeno, fundamentales para la elaboración de pan, no se podían destinar a la elaboración de cerveza, permitiendo así controlar mejor los precios de granos fundamentales para la alimentación.

Solo se permitían tres ingredientes: agua, cebada y lúpulo. Por entonces no se conocía la interacción de la levadura, que se incluiría ya en la ley en el siglo XIX. ©Freepik.

Aparte, no era el único motivo. La medida también era enormemente proteccionista pues, evidentemente, en el resto del Sacro Imperio también se elaboraba cerveza, pero la Reinheitsgebot prohibía además la comercialización de cualquier cerveza que no siguiera esos patrones. De tal modo, Baviera blindaba sus puertas ante la aparición de cervezas hechas con trigo o centeno que vinieran de otros territorios imperiales.

Luteranismo y agitación religiosa en el horizonte

Aún hoy, es el patrón de calidad por el que se rigen la mayoría de cervezas de Alemania. ©Freepik.

A todo ello hay que sumar cierto componente religioso, aunque en menor medida. Sería en 1517 cuando el monje Martín Lutero publicaría Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias, lo que se ha conocido como Las noventa y cinco tesis, y que supondrían el primer gran paso del protestantismo en el continente.

Por motivos económicos, pero también políticos, la Reinheitsgebot ha condicionado desde hace siglos la forma de hacer cerveza en Alemania

Es decir, ya había en el mapa imperial ciertas turbulencias políticas asociadas a la religión. Si bien es cierto que Guillermo IV primero vería con buenos ojos el luteranismo, más tarde se percataría de que aquellos vaivenes también podían hacer tambalearse al ducado.

No es una cuestión menor que en 1516, dentro de las Leyes de Pureza, se prohibiera la adición de otras hierbas, medicinales y aromáticas, que se habían utilizado tradicionalmente en ritos paganos.

Lo curioso de la Reinheitsgebot no fue solo el suponer lo que se considera una ley de calidad, sino el tiempo que se extendió. Si bien es cierto que no fue la primera que se promulgó en territorio alemán, sí fue la que más duró y la que, incluso, llegó a suponer conflictos a lo largo de la historia de Alemania.

Desde el siglo XVI hasta la Alemania moderna

Aunque en ciertas ciudades la cerveza de trigo ha ganado importancia, la mayor parte de las cerveza que se consume es de cebada. ©Oktoberfest.de

Como decimos, hubo regulaciones previas, aunque no eran a un nivel tan grande como el del ducado de Baviera, que ya era un territorio de una extensión considerable y sí hubo legislaciones locales como en Augsburgo (en 1156), en Nuremberg (en 1293) o en Múnich (ya en 1363).

Además, que Baviera impusiera sus condiciones no quiere decir que el resto del territorio imperial hiciera lo mismo. En el resto del Sacro Imperio se siguió elaborando cervezas a su manera durante siglos. Hasta el año 1906, cuando el emperador Guillermo II promulgó una ley imperial que asumió esencialmente los principios de la ley bávara.

La presencia de esta ley ha salpicado incluso a la política alemana en la Edad Contemporánea

Años antes, incluso, la misma ley de pureza de la cerveza supuso otro choque durante la consolidación de la Unificación Alemana (en el año 1871), que acabó permitiendo que Baviera se saliera con la suya y, si bien no se prohibía la elaboración de cerveza con otros métodos, sí se gravaban con impuestos especiales sus ingredientes.

Tanto es así que incluso en 1918, con la formación de la República de Weimar –tras la derrota alemana en la I Guerra Mundial–, Baviera siguió insistiendo en que su adhesión al nuevo estado debería tener en cuenta los preceptos de su ley de pureza de la cerveza. Cuestión que hubo de ser aceptada por el resto de miembros.

Newsletter de Directo al Paladar

Suscríbete a "Al fondo hay sitio", una forma distinta de informarte cada semana de la actualidad gastronómica hecha con pasión por el equipo de DAP.

Toda una historia que entremezcla, como la espuma, religión, economía, política y calidad que hoy, sin rango de ley, sigue rigiendo los destinos de la cerveza alemana. Hasta el punto de que en 1987 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tuvo que mediar entre los productores franceses de cerveza y la propia Alemania en un pleito por proteccionismo que volvía a tener como protagonista a esta ley del siglo XVI.

Imágenes | ©Germany.travel.com / ©Oktoberfest.de / Freepik

En DAP | Recetas con cerveza

En DAP | Hernani, surf, tres amigos americanos y cervezas artesanas: así es Basqueland Brewing, la mejor cervecera del mundo en 2021

Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com

VER Comentarios

Portada de Directo al Paladar