La bebida refrescante sin alcohol ni calorías perfecta para hidratarse en verano (y que apenas tomamos en España)

Sentarse en una terraza o acudir a cualquier bar o cafetería es uno de los placeres del verano, pero que dejan pocas opciones a quienes busquen refrescarse con alguna bebida que no lleve alcohol, azúcar o edulcorantes. No hay nada mejor para hidratarse que el agua, pero si te aburres de tomar siempre lo mismo, puedes darle una oportunidad a la versión que más éxito tiene en otros países europeos.

Ese refresco misterioso no es otra cosa que el agua con gas, una bebida extremadamente popular en gran parte de Europa pero que en España, todavía a día de hoy, consumimos poco, y mucho menos fuera de la temporada veraniega.

Aunque los últimos datos recogen un aumento progresivo de la demanda y consumo del agua con burbujas, seguimos muy por detrás de países como Alemania o Suiza, donde hay que especificar que quieres agua "normal" si no quieres que te sirvan por defecto la versión carbonatada. Y no es nada agradable pegarle un trago a una botella sin esperarte la sensación chispeante y el sabor carbónico en la garganta.

Agua con gas y gaseosa no son lo exactamente lo mismo; la segunda se considera más un refresco, asociada a cierta marca muy popular -sin ser la única- y que, normalmente, tiene un ligero sabor cítrico por el añadido de aromas y, muy a menudo, edulcorantes. Es la más usada para mezclar en cócteles y preparar una clara o el tinto de verano, pero por sí misma no tiene calorías ni alcohol.

Ahora bien, la alternativa más saludable sería el agua con gas como tal, o mejor dicho, agua carbonatada, de la que ya sabemos que hay varios tipos, en función de dónde proviene dicho gas. Sea cual sea ese origen carbónico, es una bebida saludable, sin calorías ni azúcares, y sin aditivos de ningún tipo, más allá del refuerzo de gas carbónico.

El ácido carbónico disuelto en el agua produce las burbujas que potencian la sensación refrescante de esta bebida, intensificada aún más cuando se sirve bien fría, y puede hacer más placentero y prolongado el disfrute, ya que no acostumbramos a beber los refrescos carbonatados de golpe. Ese gas también deja un regusto amargo que muchos perciben igualmente refrescante.

La única contraindicación que puede tener el agua con gas es la posible distensión abdominal ligada a ese ácido carbónico, pudiendo dar sensación de hinchazón y producir gases o flatulencias. Tampoco es recomendable en casos de colon irritable, episodios graves de SIBO u otras afecciones gastrointestinales.

En el otro lado de la moneda, más allá de esos gases, diversos estudios apuntan a que el agua con gas puede ayudar a lidiar con digestiones pesadas, acidez y pesadez estomacal, episodios de gastroenteritis, reflujo o malestar digestivo leve. Asimismo, aumenta la sensación de saciedad y por tanto puede tener efectos positivos en dietas de control de peso.

Imágenes | Freepik - Rawpixel
En DAP | El agua no es la bebida que más hidrata. Lo descubrió este estudio
En DAP | La España blandengue cambia sus bebidas fresquitas: así está ganando el limón a la gaseosa en la clara de cerveza y el tinto de verano

Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com

VER Comentarios

Portada de Directo al Paladar