Catfishing y pez gato o por qué usamos al cat fish para hablar de un perfil falso en redes

Pez feote donde los haya, marcado por un enorme par de bigotes, el pez gato (bagre, cuando nos referimos a él en España o cat fish, si lo menciona un estadounidense) es un siluro de enormes proporciones con gran predicamento en la pesca deportiva.

Sin embargo, el Ictalurus punctatus es también el nombre científico de un pescado al que la cultura popular le ha dotado de una ingrata denominación: la del catfishing o, lo que es lo mismo, hacerse pasar por otra persona en redes sociales, fingiendo una identidad completamente distinta.

Presente en nuestro país, donde está catalogado como especie invasora, el pez gato está cada vez más adaptado a nuestro hábitat donde ejerce de enorme depredador y donde ha llegado por esa bendición que supone para los pescados deportivos, que encuentra en estos ejemplares de bastante tamaño y rápido crecimiento.

Permitido en España en pesca deportiva, el cat fish es un pescado de agua dulce bastante apreciado en Estados Unidos, donde suele comerse frito.

Por desgracia para el pez gato (que incluso tiene un día nacional en Estados Unidos, concretamente el 24 de junio) su paso por el mundo, más allá de un imponente recetario en el Medio Oeste estadounidense donde es muy común encontrarlo en recetas, generalmente de pescado frito, o por su versatilidad en la pesca, parece condenado al catfishing.

La culpa del nuevo cuño del significado de catfish la tiene el productor de cine Nev Schulman, autor del documental Catfish (estrenado en 2010) y donde acabó narrando cómo una ama de casa le estuvo haciendo creer que era una adolescente de 19 años en la relación virtual que mantenían a través de Facebook.

Ya convertido en término habitual del slang en redes sociales, la realidad es que el catfishing está más a la orden del día que parece, pero Schulman no fue la persona que acuñó el término, sino que la historia hay que encontrarla un siglo atrás.

Tal y como cuenta el documental, la palabra catfish se pone en marcha por boca del marido de la pretendida adolescente, que explica un mito marinero de mantener al bacalao fresco en tanques junto al pez gato con la finalidad de que el bacalao se mantenga activo, de lo contrario se vuelve blanquecino y letárgico.

Un mito adquirido de un par de novelas de ficción como son Essays In Rebellion (de 1913, del autor Henry Nevinson) y por Charles Marriott, que publicó en 1913 la novela The Catfish, relatando ambos este mito que explicaría cómo un pescado se hace pasar por otro por esa asimilación.

Imágenes | iStock
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