Cómo decorar fruta para un Halloween divertido, pero saludable

La celebración de Halloween tiene origen europeo pero resulta evidente que ha sido la cultura popular estadounidense la que lo ha popularizado por todo el mundo. En nuestro país es una excusa para pasar un buen rato divertido, especialmente si tenemos niños en casa. Tiene todos los ingredientes para seducirles: disfraces, monstruos, decoraciones espeluznantes, historias de miedo, y, por supuesto, comida divertida. Pero no todo tiene que ser una bomba de azúcar.

Partimos con ventaja, pues todavía no tenemos tan asociada esa locura dulce que invade a los niños -y no tan niños- en Estados Unidos. Este año, además, el 'truco o trato' lo descartamos por seguridad ante la pandemia, así que no hay mejor plan que quedarse con la familia en casa para compartir un día divertido, en el que jugar con la comida está permitido.

Aunque no se trata de prohibir los dulces y chocolatinas -un día es un día-, podemos reivindicar que un Halloween más sano también es posible, sin tener que renunciar a darse caprichos golosos y a la diversión propia de esta fiesta. Ya sabemos que la fruta es el mejor postre, y tenemos la suerte de que da mucho juego para decorarla y convertirla casi en una manualidad.

Os proponemos algunas ideas para practicar en casa con las que pasar un buen rato entretenidos en familia o con los amigos que convivamos. Porque ya sabemos que no solo los más pequeños disfrutan con estas cosas; no hay mejor ocasión para dejar salir al niño que todos llevamos dentro.

La cara de jack-o'-lantern más allá de la calabaza

Lo más típico de Halloween es la decoración mediante la talla y vaciado -carving- de calabazas, emulando ese rostro icónico conocido como jack-o'-lantern para iluminar su interior. ¿Por qué no llevar la misma idea a otros productos?

Hay frutas que nos lo ponen muy fácil y la tarea será aún menos aparatosa que con las duras y resistentes calabazas. Solo necesitamos cierta paciencia y cuchillos afilados o un buen cutter, incluso puede que tengamos herramientas adecuadas de manualidades que nos servirán.

Podemos atrevernos con cualquier fruta, aunque las más recomendables son aquellas que tengan forma más o menos redondeada, con una piel firme pero fácilmente atravesable. En esta época solo tenemos que aprovechar los productos de temporada como naranjas, mandarinas y manzanas, que curiosamente son las que mejor lucen un rostro halloweenesco.

La pulpa suave de la manzana nos permite evitar tener que evitar vaciarla por completo, y no hay que ser especialmente mañoso para sacar la cara. Si no queremos que se oxide el interior, solo hay que darle un buen baño de zumo de limón, aunque esa oxidación que surge al exponer la pulpa al aire puede tener un efecto vistoso muy apropiado.

La piel más dura de las mandarinas es perfecta para abrir un ejemplar por arriba, sacar todos los gajos dejando el cuerpo intacto, y convertirla en una mini calabaza cítrica que podemos rellenar.

Todo cobra vida con ojos saltones

Aún más fácil es el recurso de añadir ojos a cualquier alimento. Es sorprendente cómo se transforma un producto al azar simplemente incorporando un par de pequeños ojos, colocados más o menos estratégicamente. Elige cualquier fruta y visualiza dónde puede esconder una carita, y empieza a darle vida usando ojos comestibles.

Puedes comprarlos en tiendas especialidas de repostería o hacerlos tú mismo con glasa real (azúcar glasé mezclado con clara de huevo pasteurizada) y colorante, o simplemente con pequeños puntos de chocolate blanco y/o negro derretido. Más sencillo: insertando chips de chocolate, bolitas o perlas de azúcar. Si no te importan que sean ojos salados, puedes hacerlos con queso y aceitunas negras, o con alga nori recortada.

Los ojos se pueden pegar con chocolate derretido o un glaseado simple de azúcar glasé y agua o zumo de limón, mezclados hasta tener una pasta espesa pegajosa. Antes de colocarlos, dale vueltas a la fruta para comprobar dónde quedan mejor o cómo puedes convertirla en pequeños personajes divertidos; los niños seguro que pueden colaborar con su desbordante imaginación.

Jugando con chocolate

Hablando de chocolate, otra opción es darle más protagonismo para convertir la cocina en un taller chocolatero con el que los peques se lo pasarán más en grande poniendo todo un poco perdido; y así pueden animarse más a comer todo tipo de frutas en el caso de que tengan algún reparo con ellas. No es cuestión de empacharse a chocolate, pero si damos prioridad a variedades negras con menos azúcar, seguirán siendo caprichos dulces más recomendables que las chocolatinas comerciales.

Con chocolate derretido y un juego de mangas o lápices pasteros, o simplemente usando pinceles pequeños, podemos vestir y decorar cualquier fruta. Muy típicos son los plátanos pelados cortados por la mitad, a los que podemos insuflar vida solo con añadir unos chips para crear ojos y boca abierta, o tenemos la opción de ponernos más artísticos añadiéndoles otros detalles simpáticos.

Monstruitos de todas las formas y colores

Si un plátano pelado y cortado puede esconder un fantasma, unos gajos de manzana pueden convertirse en monstruitos con la boca abierta o en unas mandíbulas amenazantes. No te quedes en las formas más obvias y probad a jugar con diferentes frutas cortando piezas, combinándolas entre sí o añadiendo otros alimentos para formar personajes de todo tipo, en los que el único límite lo pone la imaginación.

Es lo bueno de Halloween y su temática: cualquier cosa puede ser un monstruo o figura de fantasía, y no hay una única opción posible. Las mencionadas bocas de manzana pueden emularse con anacardos y mantequilla de cacahuete, pero también os enseñamos hace tiempo cómo prepararlas con mermelada de fresa y almendras laminadas. Una nube pinchada y decorada con chocolate le pondrá la guinda en forma de ojo, o una lámina de fresa se podría convertir en la lengua.

Piensa en el arte de tallar frutas y verduras y aprovecha el juego que dan frutas como el kiwi para "sacar" el monstruo que llevan dentro. Jugando con esa piel rugosa llena como de pelitos, y la pulpa verdosa brillante, es muy fácil decorarlo como si fuera el monstruo de Frankenstein, o lo que se nos ocurra.

Presentaciones originales

Esto nos sirve para cualquier fiesta o celebración en la que queramos dar prioridad a la fruta entre las opciones comestibles, y no recurrir tanto a dulces y aperitivos ultraprocesados o menos saludables. Si la ofrecemos sin más en un frutero o bandeja, no tiene ningún atractivo, pero es fácil presentarla de forma original, adaptándonos a cada festividad.

Una manera sencilla y atractiva son las brochetas, con la fruta ya cortada, como manzana, gajos de mandarina, fresas, pera o persimón. En Halloween podemos bañar cada pieza en caramelo casero, dulce de leche o chocolate, rebozándolas en aderezos como frutos secos picados, palomitas caseras o algunos caprichos comestibles temáticos. O, sencillamente, preparar una fondue de chocolate para que cada comensal se sirva a su gusto.

Otra opción es montar macedonias con las frutas peladas y troceadas para ofrecerlas en recipientes divertidos. El recurso de convertir una fruta grande en recipiente de otras no es nuevo, con la piña o el melón como típicos ejemplos; aprovecha para tallarlas como si fueran monstruos de grandes bocas, y dispón las frutas preparadas como si salieran de su interior.

¿Una alternativa menos aparatosa? Vasitos o recipientes individuales decorados con motivos de la fiesta. Puedes comprarlos o hacerlos en casa, dibujando caras en la parte exterior o con ayuda de pegatinas y recortables. Fácil y cómodo.

Caras dibujadas

Finalmente, tenemos el recurso más sencillo de todos, idóneo para artistas que disfrutan dibujando. Con unos cuantos rotuladores de tinta comestible, solo nos queda coger nuestras frutas preferidas, previamente bien lavadas, y comenzar a trazar líneas y decoraciones según nos dicte la imaginación.

El efecto es tan simple como sorprendentemente efectivo. Conseguiremos un mejor resultado combinando ejemplares de frutas de la misma variedad, con rostros y expresiones diferentes en cada una, para dar esa sensación de familia o especie común. Puedes hacer unos bocetos primero sobre papel con lápiz o rotulador antes de trasladar tu arte a la superficie comestible de las frutas.

Úsalas para decorar y dar más ambiente a tu casa, y, cuando pase la fiesta, solo quedará comérselas o cocinar con ellas. Saludable, cómodo y sostenible.

Fotos | Shari's Berries - Personal creations - Scott McLeod - ninachildish - YannGarPhoto
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