Cómo guardar la tortilla de patatas para que se conserve mejor (y cómo calentarla)

Los mejores consejos para guardar y conservar óptimamente la tortilla, para no perder su sabor y textura original

La tortilla de patatas, es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía española. Se cree tiene su origen en el siglo XVIII, y desde entonces se ha convertido en un plato muy popular en toda España. Se suele servir como tapa en bares y restaurantes, o como plato principal para el almuerzo o la cena.

Su textura suave y cremosa la hace irresistible para muchos y la combinación de ingredientes económicos, hacen a la tortilla española un hito gastronómico reconocido y apreciado en todo el mundo.

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Se puede disfrutar tanto recién hecha como luego de unas horas, y cada una tendrá su encanto. La elección dependerá del gusto personal de cada persona y de la textura que se prefiera.

Para una textura más suave y cremosa, es recomendable disfrutar la tortilla recién hecha, cuando todavía está tibia. En este momento, la tortilla suele estar más jugosa y con un sabor más intenso. Cuando se dice que una tortilla está en su punto "babe", alude a este punto. Suele gustar, ya que aporta una sensación de suavidad y jugosidad que complementa la parte más firme y cocida de los bordes. Conseguir el punto "babe" perfecto es todo un arte en la preparación de esta receta.

Por otro lado, si buscas una textura firme y compacta, lo mejor es guardar la tortilla y disfrutarla unas horas después o al día siguiente. En este caso, la tortilla habrá adquirido una consistencia más compacta.

Para guardar la tortilla de manera adecuada, tienes que tener en cuenta unas pautas. Por ejemplo, esperar a que la tortilla se haya enfriado por completo, para luego envolverla en papel transparente o papel de aluminio. Esto ayudará a mantenerla fresca y evitará que se seque. Luego, colocar la porción envuelta, en un recipiente hermético o en una bolsa con cierre hermético, y así guardar en la nevera. De esta forma se conservará mejor y podrás disfrutarla al día siguiente.

La tortilla en estas condiciones se conserva bien durante 2 a 3 días. Pasado ese tiempo, es mejor desecharla para evitar problemas de bromatología o intoxicaciones alimentarias.

A la hora de calentar la tortilla al día siguiente y conservar su sabor y textura lo mejor posible, hay que calentar una sartén a fuego medio-bajo. Es importante no calentar la sartén demasiado para evitar que la tortilla se queme por fuera antes de que se caliente por dentro.

Luego, colocar la tortilla en la sartén para cubrir toda la superficie y lograr un calor de forma gradual. Puedes tapar la sartén con una tapa para ayudar a que se caliente de manera uniforme.  También puedes agregar un poco de aceite en la sartén para que la tortilla no se reseque demasiado.

Pasados unos minutos, con la ayuda de un plato o una tapa, da la vuelta a la tortilla para calentarla por el otro lado. Esto ayudará a que se caliente de forma homogénea y mantenga su textura jugosa. Una vez que la tortilla esté caliente por ambas caras, estará lista para servir y disfrutar con unos pimientos asados en la freidora de aire y ensalada caprese.

Imagen | Foto 1: Freepik, Foto 2: Freepik

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