Cuatro errores sanitarios que solemos cometer con los huevos y son fáciles de evitar

Descubre los errores de seguridad alimentaria más comunes que se cometen al manejar y cocinar huevos, y aprende cómo evitarlo

El huevo es un alimento muy versátil y se consume a diario en muchas culturas, ya sea en el desayuno, el almuerzo o la cena. Desde huevos revueltos con verduras, quesos o hierbas. O huevos rotos para acompañar tostadas o arroz. Para el almuerzo, el huevo es clave en la tortilla de patata y ensalada niçoise junto con atún, judías verdes y aceitunas. Más para picar entre horas, un huevo duro, es simple y nutritivo.

En el universo de los postres, los huevos son fundamentales en el flan o crème brûlée para crear una textura cremosa. Mismo son esenciales en muchas recetas de repostería para dar estructura y humedad. En el caso de las salsas y aderezos, protagonizan la mayonesa, entre otras.

Sin dudas, los huevos son tan versátiles que se pueden adaptar a una gran variedad de recetas y estilos culinarios. Pero también pueden generar problemas. A continuación, presentamos los cuatro errores sanitarios que se suelen cometer en la cocina, para tener en cuenta y evitarlos. Y así disfrutar de tus platos con huevo sin preocupaciones por la seguridad alimentaria.

En primer lugar, un almacenamiento inadecuado. Muchos no almacenan los huevos en el refrigerador, lo que puede permitir el crecimiento de bacterias como Salmonella. La manipulación inadecuada de alimentos puede puede resultar en intoxicaciones, infecciones y otros problemas de salud. Es importante mantener los huevos siempre en la nevera.

En segundo lugar, lavar los huevos antes de cocinarlos puede eliminar la cutícula natural que protege contra bacterias. Es mejor limpiarlos solo si están visiblemente sucios y hacerlo justo antes de usarlos.

El tercer punto es una cocción insuficiente. Cocinar huevos a temperaturas inadecuadas o por poco tiempo puede dejar bacterias vivas. Lo mejor es cocinarlos hasta que tanto la clara como la yema estén firmes. Y por último, el uso de huevos caducados. Muchas personas no revisan la fecha de caducidad o no hacen una prueba de frescura antes de usarlos. La recomendación es verificar la fecha y sino, hacer una prueba de flotación si tienes dudas sobre su frescura.

Estos errores son comunes, pero con un poco de cuidado y atención, se pueden evitar y disfrutar de los beneficios nutricionales de los huevos sin poner en riesgo la salud. Es importante, que todos los huevos que presenten mal olor, apariencia extraña o su cáscara está rota, no sean consumidos para garantizar su inocuidad.

Imagen | Foto 1: freepik, Foto 2: freepik

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