Deja de hervir las patatas en agua: te explicamos cómo hacer que tu puré sea mucho más sabroso

Con dos sencillos ingredientes puedes mejorar mucho el resultado

El puré de patatas es una receta clásica y versátil que sirve como acompañamiento perfecto para carnes y pescados. Sin embargo, a menudo se prepara de manera simple, cocinando las patatas en agua, añadiendo un poco de mantequilla y leche, y machacándolas hasta obtener una textura suave.

Si bien esta técnica básica produce un puré decente, existen métodos que pueden llevarlo a un nivel superior de sabor y cremosidad. Hoy te revelamos algunos secretos para que tu puré de patatas sea el mejor que hayas probado, incluyendo un guiño al famoso aligot francés, conocido por su textura extremadamente elástica y sabor inigualable.

El aligot es un puré de patatas tradicional de la región de Auvernia, en Francia, que se enriquece con queso, generalmente Tomme fraîche, y se bate hasta alcanzar una consistencia elástica y sedosa.

Este plato demuestra que con unos pocos ingredientes adicionales y un poco de técnica, se puede transformar un puré de patatas común en una delicia gourmet. Inspirados en esta filosofía, hoy te proponemos dos técnicas innovadoras para mejorar tu puré de patatas: cocerlas en caldo y en leche.

Cocción en caldo: sabor profundo y complejo

La primera técnica para mejorar tu puré de patatas es cocerlas en caldo en lugar de agua. Utilizar un caldo de verduras o de carne añade una profundidad de sabor que simplemente no se puede conseguir con agua. El caldo infunde las patatas con sus ricos sabores mientras se cocinan, lo que resulta en un puré mucho más sabroso y aromático. Puedes usar caldos comprados en el supermercado, pero si te animas a preparar tu propio caldo de pollo casero, el resultado será aún mejor.

Para un caldo casero, puedes aprovechar restos de verduras como zanahorias, apio y cebolla, añadir hierbas frescas como tomillo, romero y laurel, y completar con un poco de ajo y pimienta.

Cocina las patatas en este caldo hasta que estén tiernas. Una vez cocidas, escurre las patatas (reservando un poco del caldo) y procede a machacarlas. Añade el caldo reservado poco a poco hasta obtener la textura deseada. Este método no solo realza el sabor, sino que también puede ayudarte a controlar la salinidad del puré, ya que el caldo aporta un toque salado natural.

Cocción en leche: cremosidad y suavidad

La segunda técnica que te proponemos es cocer las patatas en leche. Este método es perfecto para aquellos que buscan un puré ultra cremoso y suave. La leche no solo aporta cremosidad, sino que también añade un ligero dulzor que complementa perfectamente el sabor de las patatas.

Para cocer las patatas en leche, simplemente cúbrelas con leche en una olla y cocina a fuego medio, asegurándote de remover de vez en cuando para evitar que la leche se queme en el fondo. Es importante no hervir la leche a fuego alto, ya que puede desbordarse y quemarse fácilmente. Una vez las patatas estén tiernas, escurre la leche, reservando un poco para ajustar la consistencia del puré.

Si prefieres evitar los productos lácteos, puedes optar por bebidas vegetales que soporten bien el calor, como la leche de arroz, avena o almendra. Estas alternativas también pueden aportar diferentes matices de sabor, haciendo tu puré aún más interesante y adecuado para dietas veganas o sin lactosa.

El toque final: enriquecer el puré

Una vez que hayas cocido las patatas ya sea en caldo o en leche, es momento de machacarlas y enriquecerlas. Aquí es donde puedes ser creativo y añadir ingredientes que eleven aún más el sabor y la textura de tu puré. Mantequilla, nata, queso rallado (inspirándonos en el aligot), aceite de oliva virgen extra, o incluso una yema de huevo pueden transformar tu puré en una experiencia gourmet.

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Al machacar las patatas, asegúrate de hacerlo mientras aún están calientes para lograr una textura más suave. Usa un machacador de patatas o un pasapurés para obtener mejores resultados. Si deseas un puré extremadamente liso, puedes pasarlo por un tamiz o utilizar una batidora de mano, aunque ten cuidado de no sobrebatir, ya que esto puede hacer que el puré se vuelva pegajoso.

Imágenes | Freepik

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