"Desperdicias un buen café al no extraer todo el sabor": este barista explica los errores más comunes de los aficionados

Una bebida tan aparentemente sencilla como el café depende de multitud de factores y parámetros que hay que saber controlar para obtener la máxima calidad posible. Además del equipamiento adecuado, café en grano de origen y buen agua, aplicar la técnica correcta es crucial, incluso con un método sencillo de extracción como el café de filtro.

El barista portugués Lucas Leite divulga en sus redes sobre cómo preparar un buen café en casa y es consciente de los errores más comunes que cometemos los aficionados por desconocimiento o falta de práctica. Algo tan nimio como la manera de verter el agua en el filtro puede marcar el resultado, desperdiciando un café de primera calidad al no extraer todo su potencial.

Leite se refiere a un sistema de preparación manual que ha recobrado gran popularidad en los últimos años, el café filtrado o café de filtro, que consiste en poner café recién molido en un filtro sobre el que se pone en contacto con agua caliente. Así, el café se va extrayendo poco a poco, goteando el líquido infusionado, separándose de la molienda, a través del filtro.

El experto profesional explica en uno de sus vídeos cómo verter de forma incorrecta el agua puede dejarnos una bebida débil, sosa, con poco aroma y sabor, por mucho que hayamos invertido en comprar café de primera calidad y lo hayamos molido al momento.

La manera correcta de verter el agua es hacerlo poco a poco, con movimientos circulares siguiendo el sentido de las agujas del reloj, procurando mojar toda la molienda. Además, es recomendable hacerlo en dos tandas, esperando 30 segundos entre un vertido y otro. Si lo hiciéramos de golpe, el agua no podría extraer bien todos los componentes aromáticos del café molido.

Además, recuerda Leite, conviene mojar primero el filtro de papel vacío para que este material no transmita su sabor al café, desechando ese agua. La proporción adecuada de líquido y café se establece normalmente entre 30 cl de agua y 12-13 g de café molido, y la temperatura del agua debe ser caliente, pero jamás hirviendo, a unos 94 ºC. Si no tienes termómetro, lleva a ebullición el agua y espera 30-40 segundos.

La sobrextración y la subextración son dos de los principales fallos que cometemos los aficionados cuando no aplicamos una técnica correcta. No queremos una bebida demasiado fuerte ni muy débil: el café perfecto es una bebida equilibrada.