La especia secreta y digestiva con la que Karlos Arguiñano mejora los callos

Los callos son uno de los grandes platos de casquería española. Es cierto que no suele haber término medio en las filias y fobias: o sea aman o se odian, pero somos un país que ha sabido aprovechar como nadie este manjar de la cocina tradicional.

Aunque versiones hay para todos los públicos, lo cierto es que los callos suelen ser contundentes por regla general. No solo por el ingrediente principal —que no es tan potente como se piensa—, sino por el propio guiso, su textura y las especias que en él se añaden.

Si además caemos en la tentación de embutido, donde solemos distraer chorizos, morcillas y jamón, las calorías aumentan al mismo ritmo que el sabor. Por suerte, hemos descubierto una receta de callos de Karlos Arguiñano que, aún contundente —nunca este plato va a ser ligero— donde el uso de una especia puede echarnos una mano con la digestión posterior, como vimos en su programa.

Es evidente que los callos suelen ser densos y pueden ser picantes, por eso comprobar cómo con alguna especia pueden ser menos potentes y, además, más digestivos, es una buena solución.

Sin embargo, lo que añade Karlos Arguiñano no es nada especialmente extraño. Especialmente si en casa solemos cocinar legumbres y estamos familiarizados con esta intensa especia —con la que no conviene pasarse— y que da un regusto muy peculiar a cualquier receta.

Hablamos, ni más ni menos, que del comino molido. En este caso, Karlos Arguiñano añade una cucharadita de comino al sofrito de la cazuela de callos que prepara.

Conocida por ser una especia carminativa —nos ayuda a expulsar gases del tracto intestinal— y por sus virtudes digestivas, el comino no sólo contribuye a saborizar nuestros platos, sino también a cuidarnos un poquito más y mejor.

Imágenes | Facebook Karlos Arguiñano

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