Este es el consejo de Karlos Arguiñano para ahorrar en verano comprando carne

Ahorrar y verano pueden parecer antónimos. Junto a la Navidad, el verano es la época por antonomasia en la que tiramos la casa por la ventana, incluso cuando hablamos de comer, y caemos en los típicos caprichos estivales.

Como es evidente, luego llegará la consabida cuesta de septiembre y nos abrocharemos los cinturones, quizá con algo de arrepentimiento de todo lo que hemos gastado de más durante las vacaciones.

No faltan ocasiones en los meses de julio y agosto para dejar a la cartera y a la tarjeta de crédito tiritando. Hoteles, vuelos, coches de alquiler, cenas y comidas fuera de casa o, incluso, que nos demos más caprichos de la cuenta cuando comemos de puertas para adentro…

Las formas en las que se nos va el sueldo en verano es casi un truco de magia que haría palidecer al mismo Houdini, pero si de magos hablamos, tenemos a uno que hace auténticos trucos con muy poco presupuesto cuando hablamos de la cocina.

Es, ni más ni menos, que Karlos Arguiñano, el más popular y televisivo de los cocineros españoles que desde hace más de tres décadas nos está enseñando a cocinar desde la pequeña pantalla y, en general, a ahorrar en lo que compramos y en cómo lo compramos.

Por eso, como es mejor prevenir que curar, vamos a tomar prestada una de las particulares lecciones del chef guipuzcoano para que la cuesta de septiembre no se haga tanta bola y, además, sigamos consumiendo carne.

Así extraemos un consejo que dejó en uno de sus más recientes recetarios, titulado Sabores de siempre: Las recetas que no pasan de moda, que editó con Planeta Cocina y donde deja una pincelada la mar de práctica para que ahorremos comprando carne.

Puede parecer casi un milagro, pues la carne no es precisamente el producto más barato de nuestra cesta de la compra, sobre todo si hablamos de productos frescos, pero hay formas de ahorrar en ella.

En este caso, lo que recomienda Karlos Arguiñano es que nos anticipemos al otoño y prestemos atención a ciertos cortes de carne que en verano se venden menos.

Época por antonomasia de la cocina fresca y poco dada a guisos y estofados, las recetas de verano van desde las clásicas ensaladas hasta a auténticos iconos de la cocina española como podrían ser las sopas de tomate, en especial el gazpacho, pero sin olvidar al salmorejo, ni tampoco queriendo evitar la presencia de otras sopas frías.

Por eso, no nos extraña que cocinemos menos platos de cuchara calientes, pero eso no significa que no deje de haber carne en nuestros mercados ni carnicerías, solo que la mayor parte de lo que se venda, además, irá enfocado a preparaciones que tengan como protagonista a la brasa, a la plancha o a la parrilla, dejando de lado algunas piezas que no suelen cocinarse con la misma frecuencia en esta época del año.

Hablamos, por ejemplo, del morcillo, del jarrete o incluso de la aguja de ternera, es decir, los clásicos cortes que se utilizan para guisar. En este sentido, lo que dejaba dentro de su libro explicado era que "durante el verano se vende menos carne para guisar, por lo tanto el precio baja", por lo que recomienda "aprovecha el momento, guísala (sin agregar las patatas) y congélala para el otoño".

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