No importa que sea de pollo, de verduras, de pescado o de cualquier tipo de carne
Los caldos, sean de lo que sean, son buena parte de la base de la cocina. No hablamos solo de la cocina española, la cual conocemos bien, sino prácticamente cualquier gastronomía del mundo.
Donde hay un caldo, hay alegría. Pensemos, por un momento, en el clásico ramen de la cocina japonesa, que no deja de ser una sopa. También podemos pensar en la cocina francesa y su bullabesa, donde la base es un fumet o caldo de pescado. O nos podemos ir a la cocina italiana, donde la sopa minestrone, por poner un ejemplo, es el caso paradigmático de usar caldo de verduras como base.
Por eso, hacer caldo –y tenerlos en la nevera o congelador– es primordial para cocinar con sabor. Pero no conviene pasarse de la raya, algo que sabe muy bien el chef Karlos Arguiñano, el más popular de los cocineros españoles, que ha dejado su impronta en miles de hogares y cocinas.
Tanto con su programa como con sus recetarios, siempre best sellers. Precisamente, hablando de Karlos Arguiñano y de caldos, recuperamos un consejo que el chef de Beasain daba en el libro Sabores de siempre: Las recetas que no pasan de moda.
Puede parecer una trivialidad, pero es un error bastante frecuente en los caldos que podamos hacer en casa. Da igual de qué lo hagamos, pero es importante que tengamos en cuenta un matiz que, a veces, nos traiciona.
Sobre todo, si lo que queremos es tener caldo para distintas recetas y que luego, por cambios del guion, no se acabe ajustando a lo que pretendemos. En este sentido, Karlos Arguiñano deja una clave sobre la congelación de los caldos.
De hecho, es frecuente que cometamos este error, pues ya que hacemos caldo en abundancia, solemos utilizarlo de retén y recurrir al congelador para tener suficiente material para ir cocinando con él.
Sabores de siempre: Las recetas que no pasan de moda (Planeta Cocina)
En este sentido, explicaba que "si vas a congelar un caldo para utilizarlo posteriormente en guisos, sopas, arroces o salsas te recomiendo no añadirle nada de sal, ya que el sabor se intensifica con la congelación".
Una realidad que también podemos extrapolar, aunque no vayamos a congelar, con nuestros caldos si van a servir como base. Siempre es mejor pasarse de tacaños con la sal en estos fondos y, cuando sea necesario, sazonar. Más aún cuando puede que este tipo de preparaciones las acabemos reduciendo, como pasa con las salsas, y que al final nos queden subidas de sal.
Imágenes | azerbaijan_stockers & Antena 3
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