Esto son los puntitos blancos del jamón serrano: ni es sal ni es un indicativo de su calidad

Curiosamente nunca aparecen en embutidos como el chorizo o el salchichón

El jamón curado es uno de los manjares más apreciados de la gastronomía española. Tanto el jamón serrano como el jamón ibérico son dos ejemplos emblemáticos de este producto, que no solo deleitan los paladares más exigentes, sino que también forman parte integral de la cultura culinaria de España.

Estos jamones, fruto de un proceso de curación meticuloso y prolongado, se han convertido en auténticos embajadores de la cocina española en todo el mundo. Su sabor intenso, su textura suave y su aroma característico los han elevado a la categoría de productos gourmet, siendo objeto de deseo tanto para los locales como para los visitantes extranjeros.

Sin embargo, es posible que en más de una ocasión, al observar detenidamente una loncha de jamón serrano o ibérico, hayas notado la presencia de unos pequeños puntos blancos en su superficie. Estos puntitos, que a primera vista podrían parecer un defecto o incluso un signo de mala calidad, han sido motivo de curiosidad y, en ocasiones, de preocupación para muchos consumidores.

Es comprensible que, al ver estos puntitos blancos, surjan dudas sobre su origen y su significado. Muchas personas piensan que se trata de sal que ha quedado en la superficie del jamón tras el proceso de curación.

Otros, más suspicaces, llegan a pensar que podrían ser un indicio de una mala elaboración o incluso de que el jamón se ha estropeado. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Estos pequeños puntos blancos no solo son inofensivos, sino que además son un fenómeno natural y esperado en los jamones de alta calidad.

Qué son los puntitos blancos que le salen al jamón serrano

Los misteriosos puntitos blancos que aparecen en la superficie del jamón serrano e ibérico son, en realidad, cristales de aminoácidos. Más concretamente, se trata de cristales de tirosina, un aminoácido esencial que se encuentra de forma natural en las proteínas de la carne del cerdo.

Estos cristales se forman durante el largo proceso de curación del jamón, que puede durar desde varios meses hasta más de dos años, dependiendo del tipo de jamón y de su calidad. Durante este tiempo, las proteínas de la carne se van descomponiendo lentamente en aminoácidos más simples, entre ellos la tirosina. Este proceso, conocido como proteólisis, es fundamental para el desarrollo del sabor y la textura característica del jamón curado.

A medida que avanza la curación, la concentración de tirosina aumenta. Cuando alcanza un cierto nivel de saturación y las condiciones de temperatura y humedad son adecuadas, la tirosina cristaliza, formando esos pequeños puntos blancos que podemos observar en la superficie del jamón.

Lejos de ser un defecto, la presencia de estos cristales de tirosina es considerada por los expertos como un indicador de calidad. Su aparición sugiere que el jamón ha sido sometido a un proceso de curación largo y cuidadoso, lo que generalmente se traduce en un producto de superior calidad gustativa.

Es importante destacar que la formación de estos cristales no afecta en absoluto al sabor del jamón. De hecho, algunos aficionados consideran que su presencia es señal de un jamón particularmente sabroso y bien curado.

La razón por la que estos cristales no aparecen en otros embutidos curados como el chorizo o el salchichón se debe principalmente a dos factores. En primer lugar, el proceso de curación de estos productos suele ser más corto que el del jamón, lo que no permite una acumulación tan elevada de tirosina. En segundo lugar, la composición de la carne y la forma en que se preparan estos embutidos difieren significativamente del jamón.

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En el caso del chorizo y el salchichón, la carne se pica y se mezcla con especias antes de embutirse, lo que altera la estructura de las fibras musculares. Además, estos productos suelen tener un contenido más alto de grasa y un menor porcentaje de proteínas en comparación con el jamón. Todos estos factores influyen en el proceso de proteólisis y en la formación de cristales de aminoácidos.

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