La sandía es la reina del verano en nuestra casa. Dulce, fresquita y con mucha agua, por lo que es perfecta para los días calurosos. Con la fibra que tiene además llena enseguida y con muy pocas calorías, así que las chicas somos grandes aliadas de esta fruta. Hasta el año pasado no había visto por aquí sandía amarilla ¿la has probado?
Normalmente no me atrevo a probar fruta que a priori parecen modificaciones genéticas más que injertos producidos por el hombre. En el caso de la sandía amarilla aunque hace un año que la encuentro fácilmente en Bilbao no había querido probarla por este motivo hasta informarme bien de dónde provenía.
De dónde proviene
Resulta que estas sandías amarillas o sandía melón, Graciosa o Melchora, llamada por algunos, se cultiva de aquí al lado, en la zona de Salamanca, de pueblos con tradición en el cultivo de frutas como Ciudad Rodrigo, Vitigudino, Villar de Argañán, La Alameda de Gardón o San Pedro de Río Seco, por ejemplo.
Entre algunos agricultores, que no se ponen de acuerdo, rondan leyendas como que estas sandías nacen de color amarillo por la polinización, las propiedades del terreno y pigmentación del suelo, e incluso algunos aseguran que se trata de un híbrido entre la calabaza y sandía.
Lo cierto es que aunque "quieran" hacerlo un producto raro y misterioso, el color tiene una explicación científica. La sandía amarilla no es ninguna variedad frutal, sino una transformación de la sandía común, cuya pulpa en vez de ser roja, se convierte en amarilla por la acción de los carotenoides, unos pigmentos vegetales naturales que dan el color amarillo al fruto mediante el proceso de la fotosíntesis.
La probamos
La primera vez que hice una "cata" casera de esta fruta no me resulto muy distinta a la clásica sandía roja. Por fuera es blanca y rayada como esas sandías sin pepitas. El interior es amarillo, con una intensidad gradual de color según la maduración del fruto, y las pepitas son blancas y planas, casi imperceptibles, por lo que se pueden comer sin molestar excesivamente.
Así que después de esta primera impresión me quedé como si nada, sin apreciar diferencias apenas en el sabor, que era lo que pretendía descubrir, así que lo que hice para encontrar estas diferencias es probar ambos tipos a la vez.
De este modo sí puedo confirmar que la sandía amarilla es más dulce que la roja, catando ambas variedades en un punto idéntico de maduración. Es curioso ya que por los colores siempre asociamos el rojo a más dulce, pero en este caso el al contrario.
Y vosotros ¿habéis probado la sandía amarilla? Me encantaría saber vuestras experiencias, y por supuesto si tenéis más información acerca de este buen producto, poder conocer un poquito más sobre ella, ya que en la red apenas hay detalles. Una buena forma de que el consumo de un buen producto se extienda es dándolo a conocer siempre, así que espero que los agricultores tomen nota, dentro de sus posibilidades, porque todo el mundo debería probar esta rica y sana fruta.
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