A las burbujas del cava técnicamente se le llaman pelaje y estas tienen que ser finas y duraderas. Las burbujas son un atributo de calidad.
En el proceso de elaboración del cava se emplean tres tipos de uva, la Macabeo, Xarello y Parellada. Con todas estas se prepara una mezcla en proporciones convenientemente estimadas.
Lo obtenido se embotella, después la fermentación y la transformación se realizan dentro de la misma botella. Estas botellas permanecerán en cavas profundas, a una temperatura media entre 9 y 11 grados.
Las botellas se colocan invertidas en pupitres y se remueven periódicamente para que el poso se dirija hacia el tapón. Finalmente se procede al degüello, este consiste en la extracción del corcho para sacar las partículas de poso acumuladas.
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Existen varios tipos de cava, a cada botella se le incorpora una cantidad de cava, puede ser del mismo o de otro elaborado anteriormente. De aquí parte la diferencia entre unos tipos y otros.
Tenemos el dulce, el seco, el semiseco, el brut y el brut nature. A los tres primeros se le añade unos gramos de azúcar, menos cantidad en los bruts y nada de azúcar en los naturales.
Sabemos que su consumo está muy extendido y lo podemos consumir en cualquier ocasión, es ideal para tomar con el aperitivo o seguir toda la comida con él. Hay una costumbre de tomarlo al final de la comida y es algo erróneo, ya que el paladar ha perdido sensibilidad.
¡A vuestra salud!