Como en los bares, pero en casa. Esta receta de higaditos de pollo encebollados, una forma fácil de comer casquería de forma rápida y sabrosa —y barata— es perfecta para resolver un aperitivo sin apenas esfuerzo.
El único secreto es que seamos generosos con la cebolla y que ésta sea más dulce que picante, además de que la cortemos en una juliana que permita que no se deshaga, pero tampoco que sea muy basta. Además, este tipo de recetas con pollo dan siempre muy buen resultado, igual que pasa con las recetas al ajillo, con el pollo en salsa e incluso con el pollo frito.
Por lo demás, como siempre que utilizamos alcohol en la cocina, conviene que estos sean de cierta calidad. No el mejor brandy del mercado ni tampoco el mejor vino de Jerez que tengamos por casa, pero sí vinos decentes.
El otro consejo es que, como vamos a reducir mucho la salsa, necesitamos un buen caldo de pollo para lograr un sabor potente, así que también debe ser de calidad para asegurar el resultado final.
Además de higaditos, si lo preferís, podéis hacerlo con otras piezas de casquería como las mollejas o incluso con riñones de cordero, o incluso con la propia asadurilla.
Laminamos los ajos y los doramos en una sartén amplia con tres cucharadas de aceite y agregamos las cebollas en juliana, pochando a fuego suave con una pizca de sal durante una hora aproximadamente, removiendo con una lengua de silicona de vez en cuando.
Sacamos de la sartén, los reservamos y en la misma sartén, salteamos a fuego alto los higaditos con un chorro de aceite, salamos al gusto y añadimos la cebolla previamente guardada.
Vertemos un vaso de vino fino de Jerez y medio vaso de brandy y dejamos a fuego medio evaporar. Luego agregamos el caldo y cocinamos a fuego medio 10 minutos más.
Pasado ese tiempo rectificamos de sal y pimienta y servimos.
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Con qué acompañar los higaditos de pollo
No deja de ser una receta de guisos de pollo y por tanto un buen arroz blanco, unas patatas fritas o un puré de patatas pueden venirle de maravilla para redondear la experiencia.
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