Normalmente, cuando uso el transporte público, mis ojos se suelen perder entre los edificios y la gente, pero el otro día se posaron en la televisión que ameniza el trayecto con noticias de diversa índole y, afortunadamente, me encontré con esta que desconocía.
Por lo visto, las hierbas aromáticas se pueden congelar sin perder sus propiedades, algo muy útil para los que nos gusta tenerlas siempre a mano en la cocina pero nuestras plantas sucumben con facilidad al calor del verano o al frío invierno, dejándonos sin sus preciados aromas.
Así, durante la próspera primavera, podemos hacer acopio de sus hojas y congelarlas en bolsitas para luego utilizarlas cuando no tengamos la opción de cortarlas directamente de las plantas.
De momento, aprovechando que tengo las plantas frondosas, me he guardado un buen puñado de hierbabuena y otro tanto de albahaca, que ya se sabe: más vale prevenir que curar.
Foto | Fernand0 en Flickr
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