Uno de los alimentos muy disfrutados desde hace mucho tiempo por la población española son los chorizos, y nos referimos a los chorizos caseros, aquellos que representaban una buena fuente de proteínas y lípidos para nuestro organismo, además del exquisito sabor y aroma característico. Hoy en día también se hacen buenos chorizos, pero a diferencia de antaño, cuando ese aporte energético se quemaba por las duras tareas del campo, el sedentarismo ha propiciado que el chorizo se convierta en un alimento poco recomendable para disfrutar habitualmente.
Los chorizos son alimentos calóricos con un alto porcentaje de grasa perjudicial para nuestro organismo y no recomendables para comer con asiduidad. El sedentarismo es un mal compañero de los alimentos calóricos y dependiendo del estilo de vida hay que tener cuidado y consumir los chorizos que tengan menos índice calórico.
La web Consumer nos muestra un análisis realizado a 8 chorizos en sarta (forma de v) de distintas marcas con el propósito de facilitar al consumidor el conocimiento nutricional e informativo sobre su elaboración. Las 8 muestras se encontraron en un correcto estado higiénico y sanitario y no contenían ingredientes modificados genéticamente. Uno de los chorizos que presentaron mejores resultados en cuanto a calidad-precio son los pertenecientes a la marca Argal, uno de los menos grasos y el segundo más barato de las 8 muestras. En cuanto a calidad, destaca la marca Señora Julia, aunque no entra dentro del parámetro calidad-precio adecuado, pues es el chorizo más caro.
Uno de los mayores problemas que afectan al consumidor es la falta de información presentada en las etiquetas, chorizos que indican ser de primera y en realidad son de tercera, incorrecta impresión de la fecha de caducidad, ausencia informativa de la fecha de consumo preferente, denominación, peso neto, etc., las marcas que presentaban este tipo de errores eran, Palcarsa, Goikoa o Vall Ter entre otras.
También se han encontrado diferencias proteínicas entre las distintas muestras, la marca que aporta menor índice proteínico es Palcarsa con un 19,7%, por el contrario el que presentaba mayor índice, hasta un 30%, era la marca Sasa. Igual pasa con la grasa que contienen, ésta varía desde un 36% que aporta el chorizo Orozco hasta un 43,4% que aporta el chorizo Palacios.
Estos datos hay que tenerlos muy en cuenta, un consumo excesivo de estos u otros alimentos ricos en grasa saturada aumenta los niveles de colesterol y triglicéridos con el resultado perjudicial que representa para nuestra salud.
Es necesario que la industria alimentaria cumpla las normas informativas que deben ser proporcionadas en las etiquetas, el consumidor debe conocer perfectamente qué es lo que se está comiendo y que puede representar para su organismo. A nosotros nos encanta el chorizo casero que nos mandan cada año los familiares que viven en el Bierzo, pero lo disfrutamos con moderación, hay que tener muy presente nuestra salud. En Consumer, podéis encontrar todos los resultados del análisis y valorar vosotros mismos.
Vía | Consumer En Directo al paladar | Nuevo chorizo light