Si los neumáticos son negros, ¿por qué el muñeco de Michelin es blanco?

Es más que probable que nunca te hayas hecho esta pregunta y, si te la has hecho, estás de suerte. Lo cierto es que puede parecer una maniobra de whitewashing, pero la realidad, con la historia mediante, es mucho más divertida y nos permite comprobar por qué el muñeco de Michelin es de color blanco.

Algo irónico, teniendo en cuenta que todos asociamos al negro el color de los neumáticos. Sin embargo, el centenario Bibendum —este es el nombre oficial de la mascota de la firma francesa, conocida por sus neumáticos y por su guía de restaurantes— viste de blanco impoluto.

Ya sabemos también que su forma, oronda donde las haya, ha permitido también que al imaginario colectivo haya pasado el concepto 'michelín' —en este caso, con tilde— como esos pliegues de grasa que acumulamos en el abdomen y que, también popularmente, llamaríamos como lorzas.

Lo cierto, lorza mediante, es que Bibendum desde que fue creado en 1898 siempre ha sido radicalmente blanco y el negro, más allá de para sus ojos, nunca ha estado presente. Lo que no deja de ser un aparente contrasentido cuando, si alguien nos pregunta, le diremos que no hay más color para los neumáticos que el negro.

Sin embargo, no siempre fue así. Lo cierto es que el caucho, que es el material principal con el que se hacen los neumáticos, es naturalmente de color blanco. Extraído de diversos árboles de la familia de las euforbiáceas, especialmente de la Hevea brasiliensis (al que se conoce como árbol del caucho), el látex —la savia del árbol— es una emulsión lechosa que sirve de materia prima para el neumático.

Razón por la que Bibendum, desde un primer momento fue blanco. Años más tarde, con la adición del carbono a la mezcla del caucho, los neumáticos mutaron hacia un color negro. No se trató de una decisión caprichosa, sino de una necesidad: añadir caucho hacía los neumáticos más duraderos.

De esta manera, el muñeco de Michelin siguió siendo impolutamente blanco, pero el negocio del neumático se teñiría para siempre de negro. Ha ido cambiando en forma y estilización, pasando de una forma casi parecida a una momia hasta el muñeco que conocemos hoy, pero siempre ha sido blanco.

Como ironía final sobre Bibendum cabe destacar una curiosidad. Su nombre y la famosa frase del cartel original "Nunc est bibendum" se traduciría del latín como 'Es hora de beber". Algo que, evidentemente, no suena muy prudente si lo relacionamos con el hecho de beber y conducir. Sin embargo, de lo que presumía Bibendum en el cartel es de 'beberse una copa de clavos y cristales' que desinflaron y pincharon a sus competidores, pero no a él.

Imágenes | Michelin

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