En Fallbrooks han convertido el aguacate Hass en todo un símbolo y motor económico de su población
Medio mundo está loco por el aguacate. Alabado por sus propiedades saludables y protagonista de los platos más virales, esta fruta tropical se hizo tan popular que llevó a muchos a buscar hacer negocio cultivándolo lejos de los grandes productores, pese a sus exigencias de riego y humedad. Mientras en países como España se cuestiona su viabilidad ante la sequía, hay una pequeña región en California donde el aguacate florece con pasión.
Según los últimos datos de la FAO, que recogen cifras de 2022, los principales países productores mundiales de aguacate son, en orden decreciente, México, Colombia, Perú, República Dominicana, Kenia, Indonesia, Brasil, Vietnam, Israel y Haití. Estados Unidos ni aparece en el top, pero su importancia es crucial para la economía californiana.
El conocido como Golden State ('estado dorado'), tierra de playas de surfistas, del salvaje oeste, de leyendas de Hollywood, de cañones y bosques de secuoyas, es responsable del 90% de la producción aguacatera de todo el país. Y más de la mitad se concentra en una pequeña región cuya población no llega ni a calificarse de ciudad como tal.
Fallbrook, de robles y olivos a aguacates
En el condado de San Diego, en el extremo más sur de California, Fallbrook se sitúa como un 'lugar designado por el censo' (census-designated place o CDP), término que utiliza la Oficina del Censo de Estados Unidos para designar una zona que concentra a un número determinado de población, con fines estadísticos. No es una ciudad, estrictamente hablando, pero sí alberga una población principal con el mismo nombre, además de pequeños núcleos más dispersos en sus poco más de 45 km2.
Ocupada la zona originalmente por el pueblo indígena Payomkawichum, rebautizados por los misioneros españoles como Luiseños, se sucedieron diversos poblados hasta que en el siglo XIX un asentamiento en particular alcanzó un mayor desarrollo.
En 1846, durante el periodo mexicano de esta región, el californiano de segunda generación Ysidro Alvarado recibió el Rancho Monserate a manos del entonces gobernador de la California mexicana, Pío Pico. Ambos se consideraban oficialmente ciudadanos tanto de México como de Estados Unidos. La familia del sobrino del gobernador, José María Pico, logró ya votar en las primeras elecciones celebradas tras la Guerra Civil.
Poco más tarde el inmigrante canadiense Vital Reche se instaló muy cerca del Rancho con su familia, estableciendo un nuevo asentamiento y bautizando la nueva comunidad como Fall Brook, en honor a su antiguo hogar en Pensilvania. Y ya se quedó con el nombre.
Por entonces, el roble era el árbol nativo más característico de toda la zona, y continúa formando núcleos boscosos notables hoy aprovechados en forma de parques públicos. Pero el suelo y las condiciones climáticas llevaron a los pobladores a plantar olivos, hasta que se vio el potencial que podrían tener los aguacates.
La villa amistosa capital del aguacate
Un cartel que parece sacado de otra época da la bienvenida a Fallbrook, anunciándose como 'The friendly village' ('la villa amistosa'), luciendo además un bonito aguacate ilustrado que se repite como icono por toda la población.
A pesar de que el cultivo del olivo y la producción aceite tuvo una gran importancia económica durante décadas, todo cambió con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Rudolph Hass, cartero de profesión, cambiaría la historia de esta fruta para siempre.
Originario de Milwaukee, Wisconsin, Hass se instaló en Pasadena (California) tras contraer matrimonio con Elizabeth Schuette en 1922. Tras trabajar como vendedor puerta a puerta y cartero, tuvo la idea de adquirir una pequeña plantación de aguacates con todos sus ahorros. Sin embargo, para que su negocio prosperara necesitaba más árboles y más productivos, y puesto que no podía comprar más árboles, apostó por trabajar en nuevas variedades.
Así, contrató al injertador profesional Caulkins y, tras varios intentos infructuosos, Hass estaba decidido a darse por vencido. Pero Caulkins le convenció para no talar el último árbol del huerto. Y fue todo un acierto.
Este aguacatero dio tres frutos que pronto se multiplicaron rápidamente. El problema es que tenían un aparente mal aspecto, de piel rugosa y muy oscura, nada que ver con los verdes brillantes típicos de California y México. Sin embargo, su interior resultó exquisito, cremoso, sabroso y sin fibras. No tardó en conquistar a todo el que lo probara.
Había nacido el aguacate Hass, que el propio Rudolph bautizó con su apellido y patentó en 1935. Durante las décadas siguientes se expandió la producción, hasta convertirse en la variedad de aguacate mayoritaria de California, y también de Fallbrooks. Los árboles de Hass llegaron a la zona en 1948, y rápidamente eclipsaron al resto de cultivos.
Conocido hoy en todo el país como el epicentro nacional de aguacate, y autodenominándose como la capital mundial del mismo, Fallbrooks adora este fruto tropical y sabe muy bien cómo sacarle partido. Un gran porcentaje de los cultivos se dedica a la exportación nacional e internacional, pero también sus habitantes son ávidos consumidores, sin olvidar las bocas de los turistas que acuden a este pequeño paraíso californiano.
Competiciones de arte en torno al aguacate y grandes eventos como el Avocado Festival celebran todo el año las alegrías que esta fruta tropical trae a la región, al condado y a todo el estado de California, donde unos 3.000 agricultores cultivan el 90% de todo el aguacate estadounidense, siendo más del 95% de la variedad Hass.
Lonely Planet California (Travel Guide)
Pequeños y grandes agricultores, empresas productoras, exportadores, comerciantes y todo un gran sector de la población dedicado al turismo y la gastronomía dependen de que esta nutritiva fruta nunca deje de estar de moda.
Imágenes | California Avocado Commission - Fallbrook Chamber of Commerce
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