El Pacto de la Santa Alianza, era el nombre del documento que firmaron en 1815, tras vencer a Napoleón I en la batalla de Waterloo, Francisco I de Austria, Federico Guillermo III de Prusia y Alejandro I de Rusia. Estos tres reyes “por Gracia Divina“ se juraron mutua fraternidad, apoyándose entre sí y absteniéndose de guerrear.
Con motivo de la firma, claro está, se celebraron una serie de festines. En esos banquetes se hicieron una serie de preparaciones, que ahora se llaman “a la Santa Alianza“. Son varios los platos que se cocinan con ese nombre.
Foie gras escalfado con trufas y champaña.
Pularda rellana de trufas al madeira, luego escalfada y servida con una guarnición de escalopes de foie gras cocidos en mantequilla y salseados con el jugo de cocción.
Faisán relleno de becada.
Sobre esta última preparación, podemos decir que encontraremos la receta en el libro Fisiología del gusto, de Brillan-Savarin, donde decía de este plato
Este manjar, de excelente sabor, debe rociarse, preferentemente, con vino de la alta Borgoña; he llegado a esta consecuencia tras una serie de observaciones que me costaron más trabajo que una tabla de logaritmos. Un faisán así preparado sería digno de ser servido a los ángeles.
Tengo la receta del libro, en cuanto encuentre un faisán, que comience a descomponerse y que por tanto esté en el punto justo para ser cocinado (eso también es un consejo de Monsieur Brillan-Savarin en su receta), lo cocino.
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