El pobre microondas sigue teniendo mala prensa. Puede que ya casi hayamos acabado con sus peores mitos, pero aún nos cuesta verlo como algo más que un aparato para calentar, para vagos y novatos o para ayudar a adelgazar. Quizá por eso los expertos del vino se han llevado las manos a la cabeza cuando un profesional del gremio ha confesado que no se corta en atemperar sus botellas en este aparato.
Quizá no sea lo más ortodoxo y, desde luego, tiene sus riesgos, tanto para las cualidades organolépticas del vino como por el material de la cápsula, pero, bien pensado, tampoco es una herejía tan grave. Con algunas consideraciones, eso sí.
La experta Pilar Cavero, mejor sumiller de España 2013 y con una reputada carrera en el sector, compartía en Twitter con perplejidad y cierta sorna la publicación de Stephen Skelton, británico autodenominado como 'maestro del vino', asesor vitivinícola y responsable del portal 'English Wine'. “Cuando creía que ya lo había visto todo en esta vida aparece un Master of Wine que calienta el vino en el microondas”, decía Cavero.
Las respuestas no tardaron en llegar, con numerosos comentarios de otros profesionales y expertos del mundo del vino y la gastronomía, o simplemente aficionados que reaccionaron con comentarios entre desconcertados, burlones y atónitos. Hay que reconocer que el tuit de Skelton, acompañado de una fotografía de su microondas con una botella dentro, incita de primeras a burlarse con un poco de saña.
Indagando un poco en el origen de su publicación comprobamos que el británico compartía su "truco" como respuesta a una petición de ayuda. Peter Richards, también profesional del sector, lanzaba una pregunta a los nerds del vino más que razonable: ¿cómo llevar a la temperatura adecuada los tintos más especiales cuando están demasiado fríos? Su idea de introducirlos en un recipiente con agua caliente no le convencía demasiado.
Cuando creía que ya lo había visto todo en esta vida aparece un Master of Wine que calienta el vino en el microondas. https://t.co/Jio7OyE6Bf
— Pilar Cavero (@pilar_cavero) January 31, 2023
Ya entre las respuestas alguien dejó caer la idea del microondas, pero fue la sugerencia de Skelton la que levantó la polvareda tuitera. “¿Qué tiene de malo el microondas? Yo compré uno específicamente sin plato giratorio para poder ponerle dentro una botella”, afirmaba. Y poco después aportó pruebas gráficas en el ya viralizado tuit compartido por Cavero.
Los propios seguidores del británico, entre los que se encuentran reputados profesionales del sector y también cocineros de la talla de Michael Roux hijo, reaccionaron con escepticismo y socarronería a la idea. Ciertamente lo más recomendable sería disponer de una cava o vinoteca en casa, más aún si te dedicas profesionalmente al mundo del vino, pero como recurso doméstico tampoco es algo tan descabellado. Siempre que se controlen al máximo los tiempos y la potencia, y solo si se dispone de un aparato adecuado, de última tecnología.
Aunque Skelton yerra al afirmar que un microondas calienta de dentro hacia afuera, parece que sí acertó al comprar su modelo, a pesar de que no podemos ver la marca concreta. Efectivamente, el electrodoméstico carece de plato giratorio, y ofrece una gran capacidad interior donde poder acomodar una botella de vino estándar tumbada.
Es más que probable que el microondas en cuestión sea un aparato multifuncional, una especie de mini horno con tecnología inverter o similar, que no solo calienta por microondas a lo loco, sino que también permite cocinar alimentos y platos con más precisión, como sugiere la pegatina que se ve en la puerta. Y, como bien indica, calentándolo solo durante unos 30 o 40 segundos, con una potencia baja o un programa específico, lograríamos atemperar el vino sin estropearlo.
Quizá es arriesgado y no todos los amantes de los vinos estarán dispuestos a echar a perder un tinto de gran valor, pero puede ser un buen recurso exprés para subirle la temperatura en invierno, y más en otros países donde las temperaturas pueden ser muy bajas durante muchas semanas. Servir un vino tinto de calidad excesivamente frío sí que es un crimen.
Eso sí, mucho cuidado con calentarlo de más. Por mucho que se utilice el repelente apelativo de caldo para esta bebida, nadie quiere que haga honor a ello. Si se calienta demasiado sí que ya no hay vuelta atrás y podríamos estropearlo para siempre, sin mencionar el potencial riesgo que supone calentar una cápsula del tapón con estaño o aluminio.
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