Por qué regalar aceite de oliva bueno es mejor que regalar jamón o vino (y los seis que yo regalo siempre)

La Navidad es la época por antonomasia de los regalos y también de los regalos por compromiso. A gente que quieres y a gente que no quieres, pero tienes que regalarle algo, como detalle o como deferencia por los servicios prestados. A veces con estima y, otras veces, sin ella, toca pasar por un peaje de regalos que no son sencillos de atajar.

Especialmente si no conocemos bien a la otra persona. Regalar algo, sin ánimo de parecer Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory y su compleja teoría del compromiso de regalar, es difícil. Sobre todo, si no quieres regalar algo que a la otra persona no le gusta o, directamente, no usará.

Por eso, tampoco suelo creer en el amigo invisible, a veces bautizado como amigo inservible. Sí, todos sabemos que acabamos amañando ese tipo de concursos. Igual que hacemos con Eurovisión o con las sedes del Mundial de fútbol, arrimando el ascua a nuestra sardina. PD: todo lo dicho anteriormente es broma.

Lo que no es broma es que regalar bien es difícil. Aún más cuando regalamos comida y no sabemos ni quién lo va a comer ni sus gustos. Y más aún cuando no tenemos en cuenta que, seguramente, esa persona pueda tener muchos otros regalos parecidos.

Hablo de personal sanitario, en general, donde raro es el profesional que no acaba llevándose algunos regalos a casa cada Navidad. También pasa, a menor escala, con abogados y profesiones vinculadas a leyes y números, pero pasa.

Lo cierto es que hay muchos regalos que parecen evidentes y buenos, pero que no tienen siempre por qué serlo, y acaban siendo rebotados a terceros. Vino y alcoholes; dulces de todo tipo; embutidos; quesos; latas de conserva… Pero nunca llueve a gusto de todos. Razón por la que considero que regalar un buen aceite de oliva virgen extra es el mejor regalo gastronómico posible. Y lo es por tres razones irrebatibles.

No expone a alergias ni a intolerancias alimentarias

Salvo que, de manera muy puntual, alguien pudiera tener una rara alergia o intolerancia alimentaria hacia este producto, la realidad es que es un producto de una limpieza extraordinaria. No es un alérgeno y, sobre todo, no topa además con todo tipo de pretensiones dietéticas que tengamos prohibidas o nos hayamos autoimpuesto.

Los bombones, por ejemplo, pueden tener elementos animales o una cantidad elevada de azúcar. El jamón ibérico, en un sentido parecido, es un problema para mujeres embarazadas y para personas que no coman carne, en general o, en particular, carne de cerdo.

Con otros comestibles, como pastas, polvorones o cualquier otro perfil de dulces, es posible que nos metamos en problemas a costa de alergias al gluten, a ciertos aditivos, a los sulfitos –en algunos casos– o, de nuevo, con el azúcar.

Del vino, los destilados y el alcohol no se puede hablar más de la cuenta como regalo para todos los públicos. Ni todo el mundo lo bebe ni todo el mundo disfruta con ello. Más allá de consideraciones nutricionales o de salud. Con las conservas de pescado o marisco, por ejemplo, también entramos en un terreno complicado porque no deja de ser una alérgeno habitual.

Es cierto que, por poner excepciones, las conservas vegetales sí nos dejarían abrir el abanico, pues raro es que tengan alérgenos y contraprestaciones sanitarias, pero tienen un pequeño matiz que, como veremos ahora, no le sucede al aceite: el momento de consumo.

Es versátil

Un buen aceite de oliva virgen extra se puede utilizar cuando quieras y como quieras. Pecamos en exceso de utilizar solo el aceite de oliva 'bueno' para preparaciones en crudo, pero lo cierto es que lo puedes utilizar para lo que consideres. Desayunos, ensaladas, cocinar, aliños, marinar alimentos… Los límites del aceite de oliva virgen extra son inabarcables y eso es una ventaja para que, como contamos, lo puedas regalar sin problemas.

Te puedes hacer unas tostadas de pan con aceite para desayunar; puedes cogerte alguna de nuestras ensaladas y echarle un buen chorro de aceite; podrías hacer tus conservas domésticas con él; puedes hacer frituras con el aceite… Pienses lo que pienses hacer con él en tu casa, te vendrá bien.

Es para todos los públicos

Esto es un matiz más que relevante que, como decimos, trasciende al tema de intolerancias alimentarias o de alergias. También, comentamos, de las preferencias dietéticas de cada uno, bien sean por cuestiones religiosas o sociales.

Además, el aceite de oliva es para todas las edades. Tu hijo de siete años lo puede tomar, igual que tu abuela con 94 años, e igual que tu padre con 67 años –por poner varios ejemplos–. Algo que no sucede si hablamos de comer, masticar o deglutir productos que sean duros, demasiado potentes o, directamente, que no gusten por su perfil gustativo.

El aceite de oliva no se enfrenta a este problema, en líneas generales, aunque los buenos aceites de oliva virgen extra tengan ese perfil 'picante' a costa de los polifenoles, lo cual no deja de ser una buena noticia.

Los seis aceites de oliva virgen extra que yo regalaría

En casa consumo mucho aceite de oliva virgen extra. Más que la media española y la realidad es que lo uso para todo, incluso para las frituras, aunque sepa que por cuestiones económicas no es, en teoría, la mejor opción. Y mis recomendaciones hoy en el caso de regalar aceite de oliva van a ir enfocadas en cinco opciones –de virgen extra, evidentemente– que vayan en una escala de intensidad, en función de vuestros gustos o de la persona a regalar.

Aubocassa

Este aceite de oliva virgen extra 100% arbequina se elabora en una pequeña finca en el interior de Mallorca. Lo elijo porque además de tener una producción controlada y sostenida (y sostenible) me parece un aceite de oliva virgen extra perfecto para los que buscan un producto equilibrado, que no es demasiado potente en cuanto al grado de picante y su perfil de frutado es medio.

Fresco, aromático, pero sin pasarse de potente, este Aubocassa es un gran aceite para los que temen enfrentarse a un virgen extra muy intenso, pero que no quieren renunciar al sabor, a la calidad ni a un buen perfil aromático, a costa de este aceite que, además, está adscrito a la asociación de Grandes Pagos del Olivar.

Dehesa El Molinillo

Se ha convertido, según la guía Evooleum (los Oscar del aceite de oliva virgen extra), en el mejor aceite del mundo en 2024. Un premio a tener en cuenta para la versión de Dehesa El Molinillo que, en su versión de aceituna coratina, me parece todo un acierto para regalar.

Lo es, a mi juicio, porque combina un carácter frutal y un grado de amargor y de picante moderado, producto de la variedad que utiliza, y que es tan versátil como fácil de aceptar para todos los públicos.

Finca La Torre

Durante muchos años el aceite de oliva virgen extra de Finca La Torre se ha posicionado como uno de los mejores aceites del mundo, tanto en medallas como premios, y no es para menos. Aquí ya nos vamos a un perfil de aceite de intensidad alta, también en grado de frutado y de picor, pero para los que quieren aceite para los muy aceiteros es perfecto.

En su versión hojiblanca, además, mantiene un regusto muy floral y herbáceo que lo hace especialmente adictivo para utilizarlo en crudo, tanto en tostadas como en ensaladas o como aliño. Para mí, otro imprescindible.

Puerta de las Villas

Son muchos los buenos aceites de oliva virgen extra que hacen las cooperativas españolas, especialmente andaluzas. Este Puerta de las Villas, producido por la SCA San Vicente, en Villacarrillo (Jaén), es otro virgen extra al que echar siempre el guante y, también, para tener a mano con sus 'hermanos pequeños'.

Intensidad media-alta; buen tono de frutado intenso; todoterreno… Lo tiene todo y me parece que, para salirnos del perfil de aceites más conocidos con este picual temprano, es perfecto para iniciarse con un aceite que esté en un precio medio más asequible.

Castillo de Canena

En este caso, aunque Castillo de Canena tiene muchas referencias –y todas me parecen un buen regalo– nos vamos a uno de sus aceites más singulares: Primer Día de Cosecha Picual. Otro aceite para los muy aceiteros, intenso, aromático, con los perfiles de hierba fresca recién cortada y con notas altas de picante y de amargor.

Un aceite potente, que invita a seguir tomándolo, y que representa la quintaesencia de la picual de Jaén cuando se trabaja bien en el olivar y cuando se recoge de manera temprana, para mantener esos perfiles aromáticos tan marcados. Además, también cuenta con la garantía de ser uno de los productores presentes en la asociación Grandes Pagos del Olivar.

Sierras de la Subbéticas

Aquí nos plantamos, de nuevo, en uno de los aceites de oliva virgen extra más premiados del mundo y una garantía de calidad con, otra vez, el sello de una cooperativa como es Almazaras de la Subbética.

De verde muy intenso, con notas de mata de tomate y hierbabuena, con un frutado muy alto y con un buen equilibrio entre las notas dulces, picantes y amargas para un aceite adictivo del que siempre quieres tener a mano.

Imágenes | Finca La Torre / Aubocassa / Castillo de Canena

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