Qué yogures no tienen lactosa: una guía para consultar si tienes que evitarla

Los yogures sin lactosa son una excelente opción para las personas que son intolerantes a la lactosa o que prefieren evitarla en su día. Estos yogures están hechos con leche a la que se le ha añadido la enzima lactasa, que descompone la lactosa en azúcares más simples, haciéndolos más fáciles de digerir. Por lo tanto, son una alternativa más amigable para aquellos con sensibilidad.

La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra naturalmente en la leche y en los productos lácteos. Para poder ser absorbida por nuestro cuerpo, la lactosa necesita ser descompuesta en azúcares más simples (glucosa y galactosa) por una enzima llamada lactasa, que se produce en el intestino delgado.

Es decir que las personas que son intolerantes a la lactosa, tienen dificultades para digerir este azúcar, lo que puede provocar molestias como hinchazón abdominal, gases, cólicos o diarrea después de consumir productos lácteos que contienen lactosa. Los yogures sin lactosa son amigables para aquellas personas que experimentan estos síntomas. Su sabor y textura se asemejan bastante a los yogures tradicionales.

Actualmente, se encuentran prácticamente, en todos los supermercados, sea Mercadona, Lidl o Carrefour con sus marcas blandas. Estos suelen encontrarse en la sección de lácteos, generalmente cerca de la leche y los quesos. Estos yogures suelen estar etiquetados claramente como "sin lactosa" y vienen en una variedad de sabores y presentaciones. Sean naturales, griego, con frutas, cremosos o con un plus de proteína, hasta envasas individuales o pack familiar, hay que para elegir.

Hacer yogur sin lactosa en casa es posible y relativamente sencillo. A continuación, te proponemos una receta básica para que lo intentes.

Ingredientes:

• 1 litro de leche sin lactosa (disponible en Mercadona o Lidl por ejemplo)
• 1 sobre de fermento láctico o un yogur sin lactosa como cultivo inicial

Instrucciones:

1. Calentar la leche sin lactosa en una olla a fuego medio hasta que alcance aproximadamente 85°C. Esto ayudará a matar las bacterias no deseadas y a activar las proteínas de la leche para obtener una textura más cremosa.
2. Dejar que la leche se enfríe hasta que alcance unos 45-50°C.
3. En un recipiente aparte, mezclar unas cucharadas de la leche tibia con el fermento láctico o el yogur sin lactosa.
4. Verter esta mezcla en la leche tibia restante y revolver bien.
5. Cubrir la olla con un paño limpio y colocar en un lugar cálido y sin corrientes de aire durante al menos 6 a 8 horas para permitir que la mezcla fermente y se convierta en yogur.
6. Una vez transcurrido el tiempo, llevar el yogur al frío por unas horas para que tome consistencia.

Los yogures sin lactosa pueden ser un buen sustituto de los yogures tradicionales en muchas recetas, pero es importante tener en cuenta algunas diferencias. En términos de sabor y textura, los yogures sin lactosa en recetas como smoothie cremoso de melocotón y yogur, ensalada de pasta fría con salsa de yogur o mousse de yogur con frutos rojos, funciona uno por otro sin mayor problema.

Sin embargo, en recetas que requieren fermentación o cocción a altas temperaturas, como panecillos de yogur, bizcocho de yogur o magdalenas de yogur, es posible que el yogur sin lactosa no se comporte de la misma manera que el yogur tradicional dada sus diferencias en contenido de lactosa y proteínas. En ese caso, puede ser que tengas que ajustar la receta o probar con diferentes marcas de yogur sin lactosa hasta encontrar el que mejor se adapte.

Imagen | Foto 1: Mike Jones, Foto 2: Eduardo Krajan, Foto 3: Mercadona

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