La receta fácil con melón de Karlos Arguiñano para hacer una sopa fría que haga olvidar al gazpacho

Dudar del trono del gazpacho en la cocina española, si hablamos de verano, es un error. Pero eso no significa que no haya también una alta nobleza de sopas frías que nos permita salir de la rutina y darle nuevos aires a la cocina.

Sí, también hay opciones tomateras que se reparten títulos. Es el caso del salmorejo, quizás el segundo en una hipotética línea sucesoria al reinado de las cremas frías, pero también de la porra antequerana, si nos mantenemos en las demarcaciones del tomate.

Hay otras opciones, generalmente andaluzas. Sucede con la mazamorra, la madre de todas estas sopas frías, y también pasa con el ajoblanco, que guarda bastantes similitudes, y también es de justicia mencionar el concurso del gazpachuelo, si bien no tiene tanto parentesco, puede también ostentar a los honores.

Sin embargo, en el libro de recetas Cocina fácil y rico: Más de 600 recetas para triunfar que Karlos Arguiñano publicó en 2022 con Planeta Cocina hemos encontrado una fórmula para salir del camino habitual y entregarnos con pasión a una sopa fría a base de melón.

Seguimos muy monárquicos, pues negarle el título de rey de las frutas de verano al melón –y reina a la sandía– sería poco menos que una ofensa o una injuria a la corona de las frutas y, sobre todo, porque vemos en esta receta la oportunidad ideal de sacar al melón del mundo del postre.

Algo especialmente práctico cuando nos pasamos de frenada al comprar un melón y vemos que no le damos tanta salida como debería. Por eso, aplicarnos el cuento con esta receta de sopa fría de melón y gambas es un auténtico win win.

De hecho, si somos puristas, la sopa en cuestión no deja de ser un gazpacho. Para cuatro personas, Karlos Arguiñano incluye medio melón, una cebolleta pequeña, un tomate grande, un diente de ajo y la miga de cuatro rebanadas de pan de molde, además de tres cucharadas de aceite de oliva y una de vinagre.

En un bol mete todos los ingredientes, dejando que maceren media hora en la nevera, para que cojan más sabor. Luego lo tritura, dejando una crema homogénea, y lo mete de nuevo en la nevera para que enfríe bien.

Pasado ese tiempo, prepara la guarnición, cociendo docena y media de gamba blanca pelada, que corta en trocitos y servirá para coronar la receta, igual que el huevo cocido –en la receta incluye cuatro–, que también corta en dados y utiliza para poner la corona (como no podía ser de otro modo) a esta receta tan fácil como veraniega.

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