Reino Unido vive una guerra civil en torno al desayuno inglés, y estas son las principales fuentes de conflicto

Si España se divide entre los que ponen el aceite antes o después del tomate en el pan del desayuno, los británicos tienen aún un mayor dilema alrededor de su english breakfast. El gran número de componentes que puede incluir este desayuno, la preparación de cada uno e incluso el orden y la disposición sobre el plato puede generar airados debates entre vecinos.

En un caso comparable a los debates que sigue levantando la supuesta receta auténtica de la paella valenciana, en Reino Unido lo único que parecen tener claro es que el desayuno inglés es generoso e implica echar mano de la sartén o la plancha. No apto para estómagos delicados o para quien prefiera el dulce a primera hora, un auténtico desayuno inglés podría, si acaso, competir hoy con un esmorzaret.

No está, desde luego, echo para la vida contemporánea de trabajo de oficina. Casi pertenece más bien al territorio del brunch, aunque se aleja totalmente del concepto más refinado que vende esa costumbre importada. Porque un full english breakfast entra mejor a media mañana, con el estómago ya rugiendo y esperando coger calorías para toda la jornada.

De la nobleza al obrero, el desayuno que unifica las clases sociales

Quizá poco apetitoso a ojos ajenos, el desayuno inglés sobrevive a las modas casi sin inmutarse por ese fuerte apego que los británicos sienten a lo que podría considerarse uno de sus platos nacionales más famosos. No deja de ser un plato combinado, pero es en su origen y tradición donde está la clave de la pasión que despierta, convertido en comida de confort, de recuerdos nostálgicos y de identidad cultural y social.

Su aspecto rústico y, digamos, en general grasiento, o al menos muy calórico, nos hace ligarlo a la clase obrera más humilde, que precisamente necesitaría cargarse de energía para afrontar las largas y duras jornadas de trabajo de antaño. Sin embargo, curiosamente este plato nació con la llamada gentry, una especie de nobleza o clase media y terratenientes. Era una forma de desplegar su riqueza en la mesa cuando tenían visitas e invitados, antes de una jornada de caza o algún otro acto.

El arte del desayuno evolucionaría a través de la época victoriana, donde se refinaría con toques más europeos, y eduardiana, en la que se irían incorporando algunos de los elementos más reconocibles hoy, como alubias, beicon, huevos y pan tostado o frito. Ya en el siglo XX, la tradición del desayuno inglés se fue asentando y expandiendo entre la clase trabajadora, adquiriendo su forma definitiva.

Pero ¿qué lleva exactamente un verdadero desayuno inglés? Nadie parece tenerlo claro. Todos tienen su opinión y están dispuestos a pelear a muerte por defenderla; al menos figuradamente.

Un debate nacional irresoluble

Al ser humano le encanta comer y le encanta defender lo suyo. El sentimiento de pertenencia y nacionalismo que puede generar un simple plato parece universal a todas las culturas, y nos lleva a batallar con el extranjero, pero también causa guerras civiles entre vecinos.

Este fenómeno queda claro a lo largo de los testimonios que recoge este reportaje publicado en The Wall Street Journal. Los mismos británicos reconocen que es un tema muy controvertido, casi tabú en algunos círculos, que puede levantar ampollas y terminar con amistades de años, solo por defender la forma de preparar el huevo o si debe incluir o no champiñones. Existe, incluso, un agrio debate sobre el lugar que deben ocupar los huevos en el plato y si estos deben o no estar en contacto con las alubias.

Solo hay que hacer una búsqueda por las redes para comprobar que hay cientos de versiones del english breakfast. Y, por supuesto, a los británicos les encanta compartirlo. Tanto es así que existen grupos específicos en fotos y redes sociales donde los usuarios suben fotografías de su desayuno inglés, sabiendo de antemano que va a ser duramente criticado. También hay alabanzas y críticas constructivas, pero, en general, la gracia está menospreciar al desayuno del prójimo y defender el propio.

Hoy en día muchos se lo toman con humor y estos debates virtuales son una manera de mantener viva la pasión por un plato de larga tradición, aunque algunos se lo siguen tomando como una ofensa cuando, por ejemplo, las alubias manchan el huevo frito o aparecen componentes inesperados.

Guise Bule, fundador de la English Breakfast Society, una organización sin ánimo de lucro para fomentar la cultura de este clásico, admite que se agradece cuando el cocinero le pone empeño por montar un plato visualmente atractivo, pero ay, pobre del que decida añadirle algo de color con un toque verde o pretenda añadir verduras para hacerlo más saludable.

El ¿típico? desayuno inglés completo: la cosa se complica

Tratar de definir los componentes del desayuno inglés ya es difícil, pero se complica aún más cuando hablamos del full english. Porque, además, existen reconocidas variaciones regionales británicas, ya no tan inglesas: scottish, irish, welsh, cornish, ulcer... todos parecidos, todos diferentes.

Los responsables de The English Breakfast Society han intentado establecer una serie de ingredientes comunes a través de encuestas, entrevistas, investigaciones y por la propia experiencia. Por lo general, el desayuno inglés completo incluye salchichas británicas, huevos fritos, beicon -back bacon-, alubias baked beans con su salsa, bubble and squeak, tomate frito, champiñones o setas fritas y black pudding, una especie de morcilla, siempre acompañado de pan. Sí, también frito, o, a veces, tostado. Por algo se conoce también como the fry up.

Otros componentes opcionales, cuando el plato ya adquiere categorías de banquete hipercalórico, son el tuétano, los chicharrones y patatas tipo hash browns o fritas, aunque los expertos consideran que estas no son realmente genuninas y solo rellenan el plato con un producto barato. Porque, ante todo, debe prepararse con producto local fresco y de calidad.

Hoy en día muchos locales que buscan atraer más al turista y al público joven han suavizado la receta original para cocinar todo a la plancha con menos grasa, e incluso hay versiones vegetarianas y veganas. Y hace tiempo que dejó de ser un plato exclusivo del desayuno; si en algo coinciden los expertos del english breakfast, es que puede disfrutarse a cualquier hora del día.

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Fotos | Joadl - Racool_studio - Freaky Fries - Kolforn - jules - Larry Koester - Nonsap Visuals
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