¿Se puede beber demasiada agua? O dicho de otra manera, ¿Puede ser perjudicial beber demasiada agua? La respuesta es sí. Como siempre comenta nuestro compañero Aitor, la dosis hace el veneno, y beber agua en exceso puede ser tan malo para nuestro organismo como dejar de hacerlo, aunque obviamente es necesario beber mucha, mucha agua.
¿Cómo puede ser malo beber agua?
Probablemente muchos estéis pensando en los efectos nocivos que puedan tener el cloro o los residuos minerales del agua en nuestro organismo, pero lo que hace que demasiada agua no le siente bien a nuestro cuerpo es algo mucho más básico.
Como todos sabéis, el agua representa el 60% de nuestro peso corporal. No es que estemos rellenos de ella, simplemente forma parte de nuestras células, tejidos y órganos, y sirve para transportar nutrientes, regular la temperatura corporal y eliminar toxinas.
Por otro lado, de la misma manera que siempre mantenemos la misma temperatura corporal, también es importante saber que para el correcto funcionamiento de nuestro organismo es necesario que el agua tenga siempre la misma concentración de electrolitos. Este equilibrio forma parte de la homeostasis del cuerpo humano, y en el caso del agua se consigue mediante la osmorregulación, que es el intercambio a través de una membrana de dos líquidos con diferentes concentraciones de electrolitos.
Así, si dejamos de beber agua y la perdemos por sudoración, las células "liberan" agua para mantener esta concentración de electrolitos --el dolor de cabeza de una resaca se debe en gran parte a la deshidratación de las meninges--, y si no bebemos durante suficiente tiempo --en torno a tres días-- o perdemos mucha agua, se puede producir una deshidratación severa que conduciría la muerte.
Si, por contra, lo que hacemos es beber mucha agua, como ésta tiene una concentración de electrolitos menor de la necesaria, el organismo lo que hará es deshacerse de ella a través de la orina. Por eso, por ejemplo, para hidratarnos cuando hacemos deporte no sólo es necesario beber agua, sino también recuperar los electrolitos, ya sea con una bebida isotónica o con productos ricos en sales minerales.
Lo que ocurre cuando bebemos demasiada agua en poco tiempo es que nuestros riñones no son capaces de deshacerse del líquido a la velocidad a la que lo ingerimos, y entonces lo que hacen las células es sacar ese agua de circulación para mantener el equilibrio. No es que lo hagan intencionadamente, es como funciona la osmorregulación. Al absorber el agua, las células se hinchan, lo cual puede ser realmente problemático en el cerebro, pues se encuentra limitado por el cráneo, provocando dolor de cabeza, confusión, el coma o incluso la muerte.
Entonces, ¿debo beber menos agua?
No. Aunque la recomendación popular de beber ocho vasos de agua diarios no tenga ninguna base científica y por lo general lo mejor sea beber cuando tengamos sed, que para eso es la forma que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de que necesita agua, es necesario beber mucha más agua para que se produzca este tipo de intoxicaciones.
Las mayores situaciones de riesgo se dan cuando estamos sometiendo el cuerpo a un esfuerzo prolongado, como por ejemplo una maratón. En esas circunstancias el organismo se esfuerza por no perder demasiado líquido, lo que unido a una ingesta exagerada de agua durante un avituallamiento o al finalizar la carrera, puede desembocar en casos leves, demostrando que sí, se puede beber demasiada agua.
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