Si hay una actividad gastronómica que nos encanta a los españoles es tapear. Todo un arte y seña de identidad del país que hace ya tiempo traspasó fronteras para conquistar al resto del mundo y que hoy se conmemora con el Día Mundial de la Tapa. Ya sea en casa o fuera de ella, tapear es sinónimo de informalidad y tiempo de amigos lo que nos hace entender, ipso facto, el porqué de su éxito.
En la actualidad existen miles de bares de tapas a lo largo y ancho del país. Tapas clásicas conviven con tapas modernas y el que más y el que menos encuentra su lugar. De tapas sabemos mucho, al menos de comerlas y cocinarlas, pero de lo que no sabemos tanto es de cómo y dónde surgieron y es que existen siete versiones sobre el origen de las tapas.
Concepto y definición de tapa, para situarnos
Según la Real Academia Española, una tapa es -en su octava acepción- una pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida. Se suele argumentar que su origen etimológico viene de la antigua costumbre de tabernas y mesones de tapar copas y vasos con un trozo de pan o con una rebanada de jamón, para impedir que entrase suciedad en el interior.
Establecer el origen de la tapa en la historia culinaria española es complicado, pues su concepto ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Es probable que la tapa, tal y como la conocemos en la actualidad, naciera con la aparición de los bares como cortesía a los clientes, aunque la cultura popular nos ofrece historias y versiones de transmisión oral sobre el origen de las tapas. ¿Las vemos juntos?
El origen de las tapas y la realeza
Alfonso X el Sabio
Una de las más conocidas, que nos remonta al siglo XIII, tiene a Alfonso X el Sabio como protagonista. Parece ser que para recuperarse de una enfermedad su médico le prescribió beber vino. Lo tomaba acompañado de pequeños bocados para evitar los efectos del alcohol y le gustó tanto la idea que, tras restablecerse, ordenó que en los mesones de Castilla se sirviese el vino con un bocado sólido que llevarse al estómago.
Los Reyes Católicos
Hay dos versiones que atribuyen a Isabel y Fernando el origen de la tapa.
La primera está relacionada con la cantidad de incidentes que se producían en las tabernas con los carreteros. Al parecer los taberneros fueron obligados a servir sus bebidas con un plato con comida colocado sobre la copa o jarra correspondiente. Los clientes debían acabar primero con la comida para poder quitar el plato -la tapa- y así beberse el vino o la cerveza. ¿El propósito? Acabar con tanto incidente, procurando que los carreteros salieran de las tabernas lo menos ebrios posibles.
La segunda cuenta que el término tapa surgió en un viaje de los Reyes Católicos a Cádiz. Estos pararon en una taberna de San Fernando (por aquellos entonces Isla de León) que estaba repleta de moscas y el rey pidió al tabernero que cubriera su vaso de vino con una loncha de algo que tuviese a mano. Resultó ser un pedazo de queso y "aquí tiene su tapa, majestad" la frase con la que acompañó el gesto.
Alfonso XIII
Muy, pero que muy, parecida a esta última versión es la que vincula el origen de las tapas al rey Alfonso XIII y su parada en el mesón Ventorrilo del Chato en el que hizo parada de camino a Cádiz para tomarse un vino de Jerez. Estando sentado en la terraza se levantó viento y al mesonero se le ocurrió cubrir el vaso con una loncha de jamón para evitar que le entrara polvo o arena de la playa.
Felipe II
La quinta versión sobre el origen de las tapas tiene relación con Felipe II. Cuenta la leyenda que cuando el monarca visitaba las obras del Monasterio del Escorial, paraba en las posadas y tabernas del camino y los taberneros le esperaban con una jarra de vino cubierta por una gruesa loncha de jamón serrano para evitar que cogiera polvo.
Otras versiones "libres de reyes"
Quién sabe si el verdadero origen de las tapas pudiera estar en los clubes privados de Sevilla, desde donde las clases pudientes pedían bebidas a los colmaos de los alrededores y éstas eran transportadas en sus correspondientes vasos tapados con lonchas de jamón, lomo o queso. ¿Para qué? Pues para lo mismo que vemos en varias versiones anteriores, para que no les entrara polvo.
Una última versión popular cuenta que la tradición de las tapas nace de la necesidad de los labriegos de comer algo a media mañana que les permitiera llega a la hora de la comida sin desfallecer y así poder seguir trabajando.
¿Cuál es la correcta?
Con tanta historia y tan poca evidencia al respecto, es imposible saber cuál es la correcta de todas estas versiones. Siete historias interesantes entre las que quizás no se encuentra la auténtica, pero que nos hacen soñar y disfrutar imaginando sobre el origen de las tapas mientras nos tomamos una que nada tiene que ver con ellas. Porque si de algo podemos estar seguros es de lo mucho que han evolucionado.
Imágenes | Moyan Brenn y Clark Sui en Wikimedia Commons y Pixabay
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