Fresca, herbácea y muy refrescante, con un punto especialmente verde, así es la menta, una de las plantas aromáticas más comunes de nuestra cocina. Prima hermana de la hierbabuena —que no es lo mismo—, la menta es fundamental no sólo en la cocina dulce, sino también una buena herramienta para la cocina salada.
Aunque se puede consumir en fresco y en seco, la recomendación para multiplicar su fragancia limpia y vegetal es que la utilicemos siempre en las versiones frescas, que es donde más se nota su sutil aroma y ese frescor tan interesante que desprende.
Lo curioso de la menta es que solemos identificarla con el mundo de la cocina dulce y de los postres, pero hoy vais a ver cómo se puede utilizar también en cocina salada, ofreciendo muy buenos resultados si además recurrís a ella en recetas de verano.
Gazpacho, ensaladas, sopas frías, cremas de verduras e incluso guarniciones para carnes o pescados se pueden beneficiar del concurso de la menta esta temporada, una planta de la que te contamos todo: qué es, cómo conservarla, de dónde proviene y cómo utilizarla en cocina.
Qué es la menta
La menta (Mentha) es un género de plantas herbáceas perennes que pertenece a la familia de las Lamiáceas. Se trata de un conjunto de plantas herbáceas vivaces bajo las que encontramos diferentes especies de menta, siendo algunas de las más conocidas la menta piperita (Mentha x piperita), la menta verde o hierbabuena (Mentha spicata) y la menta de agua (Mentha aquatica).
En general, la menta es una planta perenne que oscila entre los 30 y los 90 centímetros de altura, aunque en estado salvaje y en condiciones óptimas puede superar el metro. Al ser perenne, la solemos encontrar durante todo el año en climas cálidos, creciendo sólo en primavera y verano si hablamos de climas más fríos.
Sus hojas son muy características porque son opuestas, simples y de forma ovalada o lanceolada, teniendo bordes ligeramente dentados. De color verde intenso y con una textura aterciopelada, las hojas desprenden un sutil aroma al ser frotadas.
Cabe distinguir la menta de la hierbabuena pues aunque se parecen y son ambas lamiáceas, no son lo mismo. La menta tiene hojas verdes ovaladas, ligeramente dentadas y tiene un aroma dulce y fresco. La hierbabuena tiene hojas más pequeñas, redondeadas y su sabor es más intenso, casi picante.
Origen y cultivo de la menta
De todas las mentas que existen, lo más curioso es que a pesar de haberse utilizado en sus versiones silvestres desde tiempos inmemoriales, la realidad es que la más habitual es la menta piperita, un híbrido especialmente aromático entre la menta acuática y la hierbabuena y que es el comercialmente más producido desde el siglo XVII.
Aun así, la menta es originaria de los climas templados del este de Asia, más allá de las cordilleras del Himalaya, donde se ha utilizado de forma silvestre desde la Antigüedad. A Europa iría llegando con cuentagotas a través de diferentes rutas comerciales, impulsadas por pueblos como los persas, que harían de puerta de entrada de esta planta aromática a las culturas egipcias, helénicas y griegas.
Muy popular también en la gastronomía árabe, como sucede con la hierbabuena, convertida principalmente en té, la menta pronto saltaría a Europa, encontrado en los territorios húmedos de Gran Bretaña y Centroeuropa su lugar ideal.
Sería allí donde se viviría su gran boom a través de la citada menta piperita, que es hoy la responsable del sabor a menta de chicles, caramelos, salsas y, en general, de cualquier plato o preparación que hoy en día lleve menta.
Cómo cultivar menta en casa
No es complejo tener menta en una maceta en casa, pero sí es una aromática relativamente exigente en proporción a hierbas aromáticas de secano. Aunque en estado silvestre no demandan demasiado sol, es cierto que para crecer en casas sí necesita cierta insolación, pero no muy severa si estamos en verano.
La cuestión es mantener un suelo húmedo, pero no encharcado, y que sean verdaderamente bien nutridos porque la planta es exigente a nivel compost. También deberíamos concederle macetas más o menos grandes o que ofrezcan margen para que extienda sus raíces porque es una planta que se extiende con facilidad en buenas circunstancias.
Propiedades y beneficios nutricionales de la menta
La menta tiene compuestos antiinflamatorios y antioxidantes, además de vitaminas A y C y ciertos minerales como hierro y potasio, todos ellos beneficiosos para la salud. Además, la menta implica ciertas ventajas a la hora de hacer la digestión o aliviar el malestar estomacal.
En cualquier caso, debido a la poca cantidad de menta que ingeriríamos, hablar de sus ventajas nutricionales es irrisorio porque el volumen que comemos es muy bajo. En cualquier caso, se trata de un producto totalmente natural y muy sano sin ningún tipo de complicación.
Cómo utilizar la menta en cocina
La menta es poderosa e invasiva, así que adapta las cantidades a tus platos favoritos. Dale prioridad a la menta fresca, que es más interesante y siempre lava las hojas antes de usarlas. Una vez claros estos principios, veamos cómo usarla.
Una buena idea es picar menta o utilizar hojas enteras dentro de ensaladas, ya sean verdes o de frutas, donde marida especialmente bien con los mismos ingredientes que le pegan a la albahaca como el tomate, el pepino, el queso fresco o incluso las naranjas y limones.
En la cocina salada, más allá de los crudos, también le va bien si se utiliza en salsas, aderezos, vinagretas y marinadas, aportando ese perfil oriental que tanto nos gusta y donde puedes contribuir a poner toques ácidos y cítricos con limas y limones, además de otras especias como la cúrcuma o el cardamomo. Es a su vez ideal para sazonar cordero o pollo, carnes que, o por exceso de sabor —como el cordero— o por ir cortos de sabrosura —como el pollo—, se benefician de esta aromática.
Como es lógico, la elaboración de bebidas refrescantes o infusiones también es uno de los valores añadidos de la menta. Mojitos, limonadas, el clásico southern tea y otros elementos de coctelería como el Mint Julep (julepe de menta) son ideales para estos días de verano.
Por último, no menos relevante es el uso de la menta como complemento de postres, especialmente helados y sorbetes, aunque también en recetas más dulces como galletas o brownies, donde aporta toques vegetales interesantes siempre y cuando mantengamos ciertos perfiles de frescor.
Cómo conservar la menta
Como sucede con este tipo de hojas frescas del estilo de la menta o la hierbabuena, conservarlo en fresco es más conveniente que utilizarla en seco porque las diferencias de aroma son muy diferentes.
Si cortamos menta o si nos la regalan, lo mejor es lavar las hojas con agua fría y luego secarlas en papel absorbente. Una vez hecho, envolvemos estas hojas en papel de cocina ligeramente humedecido y las metemos en una bolsa de plástico perforado. Luego metemos esa bolsa en la nevera, mejor si lo hacemos en el cajón de las verduras, y así se mantiene fresca durante una semana más o menos.
Seis recetas con menta
Ensaladas, sopas, carnes y platos muy viajeros son parte del menú que hacemos hoy a costa con recetas de menta. Todas frescas, todas sanas y todas fáciles de hacer para comprobar cómo hay un más allá de la menta en cocina si sabemos sacarle partido.
Ensalada de calabacín, queso feta, menta y nueces
Ingredientes
- Calabacín 1
- Queso feta 100 g
- Nueces 8
- Menta fresca
- Aceite de oliva virgen extra 75 ml
- Limón 0.5
- Vinagre de Módena 35 ml
- Diente de ajo 1
- Sal
- Pimienta negra molida
Cómo hacer ensalada de calabacín, queso feta, menta y nueces
- Tiempo total 10 m
- Elaboración 10 m
Lavamos y secamos bien el calabacín, retiramos las puntas y lo laminamos con una mandolina. Yo he usado un corte fino, de 1,5 mm, para que quede maleable. Cortamos el queso feta en dados o lo desmenuzamos con los dedos. Lavamos bien la menta fresca y sacamos las hojas, las podemos picar si así lo preferimos.
En un bol grande mezclamos el aceite, el vinagre, el zumo del medio limón y su ralladura, sal y pimienta negra molida al gusto. Batimos bien hasta emulsionar. Introducimos las láminas de calabacín y removemos bien para que se impregnen del aliño. Servimos inmediatamente en dos platos y cubrimos con el queso feta, las nueces y las hojas de menta.
Receta completa | Ensalada de calabacín, queso feta, menta y nueces, una receta ligera, sabrosa y refrescante que está lista en 10 minutos
Sopa fría de menta y albahaca
- Ingredientes para 4 personas. 35 gramos de menta fresca, 35 gramos de albahaca, 3 huevos duros, 100 gramos de miga de pan, 1 calabacín, 2 dientes de ajo pelados, 150ml de aceite de oliva virgen extra, 45ml de vinagre de Jerez, 450ml de agua y sal.
- Elaboración. Calentamos abundante agua en una cacerola y, cuando arranque a hervir, introducimos la menta y la albahaca (tallos incluidos). Escaldamos durante 30 segundos y retiramos a un bol con agua helada para cortar la cocción. En la misma cacerola y mismo agua cocemos el calabacín, previamente troceados, durante dos o tres minutos. Solo queremos que se ablande un poco. Retiramos al mismo bol con agua helada en el que están las hierbas. Troceamos el pan y lo introducimos en el vaso de un robot o de una batidora, junto con el vinagre y el agua. Agregamos las hierbas escurridas, los huevos duros (pelados), el calabacín escaldado y los dientes de ajo. Trituramos bien, probamos y salpimentamos al gusto. Batimos de nuevo a máxima velocidad al tiempo que incorporamos el aceite de oliva virgen extra en hilo fino durante, al menos, un par de minutos o hasta que la sopa se vea cremosa y bien emulsionada. Guardamos en la nevera hasta el momento de servir.
Receta completa | Ensalada de calabacín, queso feta, menta y nueces, una receta ligera, sabrosa y refrescante que está lista en 10 minutos
Laab gai (ensalada tailandesa de pollo)
- Ingredientes para 4 personas. 400 g de carne picada de pollo, cuatro cucharadas de caldo de pollo, media cebolla roja, dos cebolletas, un chile ojo de pájaro, cilantro fresco, menta fresca, una cucharadita de polvo de arroz tostado, sal, pimienta negra molida, dos cucharadas de salsa asiática de pescado, dos cucharadas de zumo de lima, dos cucharaditas de azúcar y una cucharada de agua.
- Elaboración. Primero pica la cebolla roja en juliana muy fina y ponla en agua fría para que pierda fuerza mientras haces el resto de elaboraciones. Si no encuentras polvo de arroz tostado –que se vende en los supermercados asiáticos– puedes hacerlo muy fácilmente en casa. Basta calentar una sartén sin aceite a temperatura baja y verter un buen puñado de arroz largo. El arroz debe tostarse lentamente sin que llegue a quemarse. Una vez que todo el arroz tenga un color marrón, se debe picar fino en un molinillo de café o especias. Para esta receta solo necesitamos dos cucharaditas, pero se puede conservar en un bote como cualquier otra especia durante mucho tiempo. En una sartén (si es grande te sirve la misma en la que has tostado el arroz) pon el caldo de pollo y deja que se caliente. Añade entonces la carne picada y cocina lentamente. Nos interesa que quede jugosa, por lo que es mejor cocinarla a fuego lento para que no llegue a caramelizarse. Salpimenta al gusto, retírala del fuego y deja que se temple. En un bol grande mezcla la cebolla roja (que ya habrá perdido potencia), las cebolletas cortadas en aros finos, el chile picado, y dos buenos puñados de cilantro y menta picados. Incorpora la carne y los copos de chile. El aliño de esta ensalada es el que suelen llevar todas las ensaladas tailandesas. Mezcla la salsa de pescado, el zumo de lima, el agua y el azúcar, y removiendo bien con una cucharilla. Podemos hacer de más si planeamos usarla para otras elaboraciones, pero para esta ensalada bastan cuatro cucharadas (aunque está bien tener más a mano para añadir al gusto). Incorpora el polvo de arroz y mezcla todos los ingredientes con el aliño y deja que la ensalada repose unos minutos antes de servirla.
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Croquetas de patata y menta
- Ingredientes para 14 unidades. Una patata grande, 40 hojas de menta fresca, 10 g de harina de trigo, un huevo, 25 g de pan rallado, aceite de girasol para freír, mayonesa y hojas de menta fresca para decorar, sal y pimienta negra molida.
- Elaboración. Calentamos abundante agua en una cacerola y cocemos la patata sin pelar durante 20-30 minutos o el necesario para que quede tierna. Retiramos, dejamos atemperar antes de pelar y machacar con un tenedor. Salpimentamos al gusto. Picamos finamente 26 hojas de menta (reservando 14 para decorar junto con la mayonesa -ver lista de ingredientes-) y mezclamos con la patata machacada. Con ayuda de una cucharilla tomamos pequeñas porciones y boleamos. Rebozamos cada una en harina, pasamos por huevo batido y, después, por pan rallado. Freímos en abundante aceite caliente y escurrimos sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa. Decoramos con una gota de mayonesa y una hoja de menta. Servimos inmediatamente. Podemos hacerlas con antelación y mantenerlas calientes en el horno a 50º C.
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Chuletillas de cordero a la parrilla con salsa de yogur y menta
- Ingredientes para 4 personas. 16 chuletillas de cordero, 1 yogur natural azucarado y un ramillete de menta fresca.
- Elaboración. Para conseguir un efecto de parrilla, necesitamos una sartén acanalada, carmela o parrilla que se pueda tener mucho tiempo al fuego. Sin añadir aceite, la ponemos bien caliente y cuando lleve cinco minutos o más al fuego, colocamos en ella las chuletillas de cordero previamente saladas. Dejamos que se cocinen durante tres o cuatro minutos, sin tocarlas en ese tiempo para que se cocinen bien y queden doradas y a continuación, les damos la vuelta dejándolas otros tres minutos por la otra cara. En ese tiempo, preparamos la salsa de yogur y menta, similar a la que preparamos hace tiempo con un toque oriental para unos tacos de magro de cordero. Es importante que encontréis menta ya que aunque tiene el dulzor de la hierbabuena, tiene un toque picante que contrasta muy bien con el dulce del yogur. Si no encontráis, podéis usar hierbabuena, aunque perderá parte del efecto. Picamos bien las hierbas y ponemos algunas sobre la carne y el resto las usamos para hacer la salsa que se hace simplemente batiendo con un tenedor el yogur con la menta. Damos la vuelta a las chuletillas y las colocamos sobre una cama de ensalada de canónigos, rúcula y zanahoria en hilos y terminamos echando una cucharadita de la salsa sobre cada chuletilla. El resto de la salsa lo servimos en salsera aparte.
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Limonada de sandía y menta
- Ingredientes para 4 personas. Un kilo de sandía, 20 hojas de menta fresca, 30 g de azúcar moreno, el zumo de tres limones, 1 litro de agua y hielo en abundancia.
- Elaboración. Vamos a empezar por pelar la sandía y retirarle las semillas. Luego la cortamos en trozos y reservamos. Enjuagamos ahora las hojas de menta y las machacamos en una jarra con el azúcar. Esta etapa es muy similar a la que hacemos cuando preparamos un mojito. Ahora vamos a poner la sandía en el vaso de la licuadora junto con el agua mineral y el zumo de los limones. Licuamos bien hasta que tengamos un líquido homogéneo. Vaciamos esta preparación en la jarra que contiene el azúcar y la menta machacada. Finalmente agregamos un puñado de hielo y revolvemos bien. Dejamos en refrigeración una hora antes de servir.
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