Elaborados desde la década de los cincuenta, se cuentan entre los dulces de Navidad más populares del norte de España
Detrás de ellos se encuentra la familia Galicia, con más de 160 años de tradición repostera
Siempre que la mente se nos va a mantecados y polvorones pensamos invariablemente en el sur de España. Estepa, en Sevilla, y Antequera, en Málaga, se disputan un trono goloso que hace de la Navidad su razón de ser.
Un carrusel de almendra y calorías que, si cambiamos de registro, nos lleva a pensar en Toledo a la hora de hablar de mazapán o de Alicante —y de Jijona— si el runrún nos lleva al mundo de los turrones.
Pero en Tordesillas, en el corazón de la provincia de Valladolid, donde nadie esperaría que el polvorón arraigase, la familia Galicia —por poner más geografía al asunto— lleva elaborando polvorones más de cincuenta años.
Bajo la marca El Toro, los Galicia (con la sexta generación ya en los obradores) elaboran uno de los polvorones más famosos de España, compitiendo en fama y lustre con los mantecados Felipe II vitorianos, con los estepeños La Despensa de Palacio o los antequeranos San Pancracio.
Para gustos, los colores. Lo cierto es que la tradición del polvorón en Pastelería Galicia se remonta a la segunda generación, protagonizada por Melitón Galicia, que heredó de Fermín Galicia —el origen de la saga— el obrador. Un trabajo manual que ahora, más de 160 años después, se encarna en Álvaro Galicia.
Sin embargo, los Galicia son honestos y no se hacen trampas al solitario con los Polvorones El Toro. Aunque la receta es originaria del abuelo Melitón, la historia de la marca no es tan antigua. Sería en 1954 cuando Amador García, nieto de Melitón, decidió recuperar la receta que le habían legado y empezó a probar a venderlos en los alrededores de Valladolid.
El nombre, evidente en el Tordesillas de la época, hacía alusión al festejo de El Toro de la Vega, de gran arraigo en la población. Sin embargo, los Galicia han querido permanecer ajenos al runrún que los ha relacionado con esta tradición taurina, aunque los Polvorones El Toro sea una denominación comercial.
Con una plantilla de 31 trabajadores y con una especialización en el polvorón —de hecho, crearon una fábrica con este fin—, Pastelería Galicia y Polvorones El Toro ha ido creciendo en el último medio siglo desde los apenas ocho empleados que Amador García tenía hasta la treintena que hoy se ocupan de estos dulces.
Hasta 250.000 kilos de polvorón anuales salen de esta fábrica que, como es evidente, está que hecha humo en los meses de otoño, donde concentran el 80% de la producción —y venta— del año.
Aunque no desvelan el secreto de sus polvorones, lo cierto es que estamos ante unos polvorones especiales al gusto. No solo hablamos de sabor, lo cual es evidente, sino también de textura. Al contrario de lo que suele ser habitual, los polvorones de El Toro no son especialmente terrosos. Tampoco muy harinosos, sino que permanecen compactos en la mano, deshaciéndose luego en la boca, donde además se aprecia con facilidad el regusto de la almendra y de la canela.
El Toro - Estuche de Polvorones el Toro - Valladolid (Tordesillas) - productos artesanos - elaborados con harina de trigo - dulces Navidad - receta tradicional (900 gr)
Convertidos en icono de la dulcería vallisoletana, rara es la casa de la provincia que no los trabaja en Navidad, pero también se extrapola al resto de Castilla y León, además de al norte de España, que es el gran mercado de Polvorones El Toro.
Imágenes | Pastelería Galicia / Polvorones El Toro
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