Una vez repasadas las funciones básicas de nuestra Thermomix, ya estamos en condiciones de adentrarnos en las elaboraciones más importantes que nos permitirán dominar el arte de la cocina. Los fondos de cocina, como su nombre nos evoca, son la base sobre la que se construyen la mayoría de salsas, cremas, sopas, arroces, pastas, estofados y muchos otros guisos en los que se requiera un caldo, ya sea de carne, de pollo, de pescado o de verduras. En este capítulo explicaremos cómo elaborar un nutritivo caldo de pollo, que se puede tomar tal cual o ser utilizado para otros guisos en los que se requiera.
El éxito de un plato está, muchas veces, en la calidad del fondo usado. Si necesitamos un caldo de pollo es mucho mejor, y más sano, hacerlo nosotros mismos y no recurrir a los caldos envasados o pastillas concentradas, que deberían ser un último recurso. Además, de este modo controlamos la cantidad de sal y de grasas, que en muchos productos envasados suelen ser excesivas. Como veremos, con Thermomix podremos hacer un fondo con un mínimo esfuerzo.
Caldo de ave básico.
Ingredientes: 1 pechuga de pollo, 1 zanahoria, 1 nabo, 1 trozo de puerro, 1 hoja de laurel, 1 ramita de perejil, 1 ramita de apio, pizca pimienta negra.
Elaboración: Introduce en el vaso la zanahoria pelada, el trozo de apio, el nabo pelado y el perejil. Tritura 5 segundos a velocidad 4. Añade el pollo, la pimienta y el laurel. Cubre con agua, hasta la marca de dos litros. Programa 30-40 minutos, a 100º, velocidad 1.
Una vez listo, cuela con el cestillo, reserva la pechuga cocida para sopas o croquetas. Guarda el caldo en frío o, mejor, congela en tuppers herméticos hasta el momento de servir. Como verás, no lleva sal, que es mejor añadirla al momento de usar, dependiendo del plato para el que lo vayamos a utilizar como fondo.
Si quieres puedes aprovechar otras partes del pollo para el caldo, o incluso un trozo de gallina, pero al llevar huesos pueden atascar las cuchillas de Thermomix, por lo que recomiendo mejor el uso de pechugas o piezas sin grandes huesos. Hay muchas amas de casa que congelan los caldos en cubiteras, así se facilita el descongelado. Así, es muy fácil añadir unos cubitos de caldo a un guiso o salsa, que se disuelven en un momento. Prueba y verás.
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