Para ahorrar tiempo y dinero, aprender a congelar las acelgas ya sea para hacerlas salteadas, en buñuelos, o para guisos y sopas. es siempre una buena idea.
La acelga tiene dos temporadas: una de febrero a junio y otra de septiembre a diciembre, siendo las más ricas las de abril y mayo y las de octubre y noviembre cuando las temperaturas son más suaves. Por eso, ahora que viene uno de sus puntos álgidos –cuando, además, están más baratas–, es buena idea congelarlas para tenerlas a mano durante todo el invierno.
En todos los casos, uno de los primeros pasos para congelar cualquier verdura es lavarla y limpiarla a fondo. Las hojas de acelga, por su forma, tienen muchas grietas, por lo que hay muchos espacios donde se puede esconder la suciedad, la arena, los escombros e, incluso, insectos. Por ello, se sugiere simplemente lavar cada hoja con cuidado bajo el agua y frotar suavemente para no romper las hojas o los tallos. Otra alternativa es llenar un cuenco grande con agua fría y dejar que las hojas de acelga se remojen durante 10 minutos.
A continuación, debemos separar los tallos de las hojas, utilizando un cuchillo de mano para separar estas dos partes. El blanqueamiento de cualquier verdura detiene el proceso natural que causa la pérdida de color, sabor y nutrientes. Este es un paso importante a la hora de congelar las acelgas que no debe omitirse. Más no es necesario añadir sal, ya que no estamos cocinando las acelgas, es un simple hervor de pocos minutos y al agua helada para cortar la cocción.
Después de llevar adelante el blanqueamiento, evita cortar las hojas antes de congelarlas, a menos que sea necesario, ya que esto puede contribuir a la pérdida de nutrientes y aumenta la posibilidad de degradación. Pero lo más importante para congelarlas como es debido es eliminar al máximo posible al agua, envasándolas lo más secas posible. Para ello puedes usar un centrifugador de lechuga, o ir secándolas a mano con ayuda de un trapo limpio y papel absorbente.
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Seguidamente, coloca la acelga en bolsas herméticas y elimina con la mano o un sellador la mayor cantidad de aire posible de las bolsas. Esto ayudará a reducir la formación de cristales de hielo. No olvides escribir la fecha en la etiqueta a modo de recordatorio para el futuro y acomododarlas en el congelador de manera plana. Con este método, las acelgas se mantendrán entre seis meses y un año.
Las acelgas congeladas funcionan bien para muchas recetas. Su sabor delicado hace que puedas añadirlo a casi cualquier sopa, guiso, cazuela o salteado que pruebes, como las lentejas con acelgas o la fabulosa torta pascualina, una receta italiana típica de Semana Santa. En la mayoría de los casos, no es necesario descongelar la acelga congelada antes de usarla en una receta.
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