Piensa en un flan, en una crema catalana, en unos gofres, en unas tortitas, en unos crêpes... Casi todos tienen un denominador común: el caramelo.
Está claro que puedes comprar un caramelo en un supermercado, pero la realidad es que en menos de 15 minutos tienes un caramelo casero con el que coronar cualquiera de tus postres.
Cuatro ingredientes, todos baratos y siempre disponibles, es todo lo que necesitas —además de un cazo con un poco de fondo— para manejar a la perfección esta técnica sencillísima.
El único consejo, como siempre que hacemos caramelo, es no tocarlo en la primera parte de la cocción y en dejarlo más tiempo, si lo queremos más oscuro.
Juntamos en un cazo antiadherente el azúcar, los 40 gramos de agua y el zumo de limón y ponemos a calentar y no remover ni tocar la mezcla.
Dejamos hervir. Con el tiempo irá cogiendo color cada vez más tostado. Cuanto más oscuro, más tostado sabrá.
Cuando llegue al color que deseas, viertes los otros 30 gramos de agua, reservados hervidos en otro cazo o en el microondas, que esté en punto de ebullición cuando lo añadas a la mezcla del caramelo.
Remueve el cazo —sin varillas— para integrar todo y deja que se enfríe fuera del fuego.
MGE - Cazo de Cocina con Cestilllo Freidor - Acero Inoxidable - Ø 16 cm
Con qué acompañar tu caramelo líquido casero
Los compañeros más evidentes de este caramelo casero ya te los hemos citado arriba, pero puedes utilizarlo también para otras recetas en las que necesites caramelo, como en pollos asados o en cocina oriental.
En DAP | 71 recetas de postres fáciles y rápidos
En DAP | 19 postres de Navidad que se hacen en 10 minutos