Un paso a paso para preparar pan rallado en casa y que podemos aprovechar en las recetas de croquetas y tantas otras
Muchas veces me encuentro con unas cuantas rebanadas o trozos enteros de pan de la noche anterior. En el afán de no desperdiciar ningún alimento, preparo con esos restos, pan rallado. Una solución para transformar, esa barra de pan que ha quedado dura. y lograr uno de los ingredientes que no puede faltar en la despensa tanto para rebozados, frituras y gratinados.
A hora de hacer pan rallado casero se puede utilizar cualquier tipo de pan, e incluso una mezcla le dará un sabor interesante. Sea masa madre o sin gluten, hasta de trigo integral, blanco, negro, o de centeno, todos son excelentes opciones. El pan de tipo rústico dará un pan rallado más denso y macizo en comparación con el pan blanco, como las rebanadas de pan de molde o los bollos blandos de mucha miga.
Lo mejor es utilizar pan que no esté fresco. Es decir, si se utilizan las rebanadas secas y duras, será más fácil de triturar y el efecto "rallado" se logrará a la perfección.
Ahora bien, de ser fresco, puedes hacerlo igual pero antes debes cortarlo en rodajas y calentarlo en una tostadora o en el horno a 180 ºC para eliminar parte de la humedad durante unos minutos, y luego dejar que se enfríe totalmente.
Los pasos a seguir para lograr el pan rallado son:
- Cortar la barra de pan en trozos pequeños. Se puede hacer con la mano o un cuchillo de sierra.
- Introducir los trozos en el procesador de alimentos o robot de cocina y presionar hasta formar un polvo más grueso que la harina. Esto lo tendremos listo en un par de minutos a máxima potencia.
- Extender las migas sobre una bandeja para el horno.
- Hornear durante 10 minutos a una temperatura baja (150 ºC) para eliminar cualquier resto de humedad que pueda tener el pan.
- Reservar y enfriar.
- Conservar en un bote de cristal o usar en una receta donde sea necesario.
Si se busca un color de pan rallado más uniforme, recortar los bordes del pan, pero no es necesario, se puede mantener la corteza para un resultado disparejo.
De no tener un procesador de alimentos o robot de cocina, se puede hacer igualmente. Para ello, romper el pan con las manos en trozos más pequeños antes de hornear. Revolver y hornear hasta que el pan esté seco y ligeramente tostado. Este proceso es similar a hacer crutones. Después de que los trozos de pan estén fríos, llevar a una bolsa grande con cierre hermético y utilizar con cuidado un palo de amasar para triturar el pan tostado en pequeñas migas.
Cómo conservar (o almacenar) el pan rallado, es un punto clave para que nos aguante mucho tiempo. Un buen envase o recipiente hermético, quitando todo el resto de aire y humedad, evitará cualquier desperdicio. Bien almacenado a temperatura ambiente, durará hasta 1 mes, o hasta 3 meses en el congelador.
Para un pan rallado con aires de Italia; unas cucharaditas a gusto de ajo en polvo, cebolla en polvo y condimento italiano seco, harán el efecto. Otras alternativas, incluyen albahaca seca, orégano, romero, tomillo o salvia. Agregar ralladura de cítricos como limón o naranja, hace un pan rallado aromático y permite disfrutar de nuevos sabores en los platos más habituales. Hasta cúrcuma en polvo tiñe las migas, para un pan rallado dorado y rico en curcumina.
Si bien, hacer tu propio pan rallado puede parecer innecesario, ya que fácilmente se puede comprar en la tienda, hacerlo desde cero es muy fácil. Y me atrevo a decir que sabe mucho mejor que el comprado. Listo el pan rallado, podemos aprovechar la versatilidad del preparado en diversas recetas: desde frituras, empanados y rebozados hasta como cobertura para un plato de pasta y croquetas.
Imagen | Foto 1: YelenaYemchuk, Foto 2: fermate
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