El error que cometemos al guardar las nueces en la despensa: así se debe conservar este fruto seco

Aprende las mejores técnicas de conservación para mantener este fruto seco fresco y delicioso por más tiempo

Las nueces son un alimento increíblemente nutritivo y su consumo diario es recomendable, teniendo en cuenta los beneficios que tienen. Considerada un fruto seco, integra el podio de las más populares junto a las almendras y los pistachos.

En términos botánicos, los frutos secos son aquellos que tienen una cáscara dura que protege la semilla comestible en su interior. Las nueces tienen esta característica, ya que su cáscara es dura y les da esa forma distintiva.

Además de crocantes y nutritivas, las nueces son muy versátiles en la cocina. Se pueden consumir solas hasta en ensaladas, pasteles, panes y salsas. Son un ingrediente común también en mezclas de granola y barritas de cereales, hasta los clásicos biscotti, la galleta italiana más famosa.

Ricas en nutrientes, son una excelente fuente de proteínas, grasas saludables (especialmente ácidos grasos omega-3), fibra, vitaminas (como la vitamina E) y minerales (como magnesio y fósforo).

Se ha demostrado que el consumo regular de nueces puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Los ácidos grasos omega-3 presentes en las nueces ayudan a disminuir la inflamación y mejorar la salud cardiovascular. Mismo, el consumo regular de este fruto seco puede tener un efecto positivo en la cognición y la memoria. Esto se debe a su contenido de antioxidantes y ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud del cerebro.

Si bien, son altas en calorías, las nueces pueden ayudar en el control del peso cuando se consumen con moderación. La combinación de proteínas, fibra y grasas hacen a un combinación que aumenta la saciedad y reduce el apetito. Gracias a su contenido de vitamina E y antioxidantes, las nueces también pueden contribuir a una piel más saludable.

La recomendación general es consumir un puñado de nueces al día, lo que equivale a aproximadamente a un cuarto de taza que se considera alrededor de los 28 gramos.

Ahora bien, conservar las nueces adecuadamente es importante para mantener su frescura y sabor. Cuando son frescas y conservan su cáscara intacta, deben guardarse en un lugar fresco y oscuro, lejos de la luz solar directa y la humedad. Si hace calor o no las vamos a consumir rápido, lo mejor es colocar las nueces en un frasco de vidrio o un recipiente hermético. Esto ayuda a protegerlas del aire, que puede hacer que se pongan rancias, pues son muy sensibles a cualquier agente externo.

Si estás frente a una gran cantidad de nueces, hace mucho calor y humedad o las tienes ya peladas, lo mejor es refrigerarlas en la nevera para prolongar su vida útil y evitar que se enrancien o les salga moho. También puedes congelarlas, peladas, sobre todo si no tienes previsto consumirlas en pocos días. Solo asegúrate de usar un recipiente adecuado para el congelador, mejor si puedes envasarlas al vacío. Las nueces pueden absorber olores de otros alimentos, así que es mejor mantenerlas separadas.

Cuando las nueces se refrigeran adecuadamente, pueden mantenerse frescas durante aproximadamente 6 a 12 meses con su cáscara. La refrigeración ayuda a preservar su sabor y nutrientes al ralentizar el proceso de degradación que puede ocurrir por la cantidad de grasas saludables que contienen. Mientras que si decides congelarlas, su vida útil puede extenderse aún más, pudiendo conservarlas en buen estado más de un año.

Imagen | Foto 1: Racool_studio, Foto 2: KamranAydinov

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