En el recetario de DAP podéis encontrar muchas recetas en las que hace aparición la salsa de queso azul, una variante de la salsa de queso estándar. Todas ellas deliciosas, todas ellas distintas. Y es que esta salsa admite infinidad de variantes. El tipo de queso utilizado, el resto de ingredientes y sus proporciones, el tipo de cocción aplicado son algunos de los factores responsables de tanta variedad.
Hoy comparto mi fórmula básica de salsa de queso azul. Es sencilla y perfecta consumir tal cual o para acompañar otros alimentos: verduras, carnes, pastas, incluso pescados. Aunque también sirve como punto de partida para, según el uso que le quiera dar, elaborar otras versiones.
Esta receta de salsa de queso azul es muy fácil y rápida de hacer. Se prepara en caliente y basta con juntar sus cinco ingredientes en un cacito, calentar hasta llevar a ebullición y remover para homogeneizar. Para una textura 100% homogénea, se puede pasar por un colador/chino o triturar, pero a mi me gusta tal cual. Para comerla a cucharadas.
¿Qué queso azul utilizar?
Es muy común asociar automáticamente el queso azul con el cabrales o el roquefort, ambos extremadamente potentes, salinos e intensos. Sin embargo, hay muchos más integrantes en este grupo, todos ellos con propiedades organolépticas propias y características muy distintas.
Suaves o picantes en sabor y cremosos, terrosos o ásperos en textura, la familia de los quesos azules está integrada por grandiosas creaciones, algunas de ellas con denominación de origen protegida: cabrales, roquefort, gorgonzola, valdeón, gamoneu, bleu d'Auvergne, bleu de Bresse, stilton, entre otros.
La oferta de queso azul existente en el mercado es extraordinariamente amplia. Con cualquiera de ellos se puede preparar una salsa exquisita. A la hora de elegir es importante conocer su punto de sabor para poder ajustar la cantidad a utilizar y que la salsa quede sabrosa, que no rabiosa.
En caso de decantarse por un queso azul de sabor intenso y fuerte, como -por ejemplo- el cabrales, conviene ser cautos con la cantidad a utilizar. Lo ideal es añadirlo poco a poco e ir probando hasta dar con el punto de sabor deseado.
Para que la salsa lleve menos tiempo en estar lista, es importante que los ingredientes estén a temperatura ambiente. En un cacito introducimos la leche y la nata. Agregamos el queso azul de nuestra elección, bien desmigado.
A continuación añadimos un pellizco de nuez moscada molida y otro de pimienta blanca molida. Colocamos el cacito al fuego y calentamos a fuego suave hasta que empiece a hervir. El queso se habrá fundido, de modo que apagamos y removemos con una varilla para homogeneizar.
Probamos el punto de sabor de la salsa de queso azul. Es posible que pida un poco de sal, en cuyo caso la añadimos ahora. Ajustamos también el punto del resto de especias si lo vemos necesario y ya está nuestra salsa de queso azul lista para usar.
En caliente o en frío
Podemos usar nuestra salsa en caliente como acompañamiento de (o para cocinar en ella) todo tipo de carnes, verduras e, incluso, algunos pescados como el salmón.
También la podemos usar en frío, en cuyo caso hay que tener en cuenta que espesa con el frío. Puede que sea necesario hacerla más líquida, sobre todo si la vamos a usar como aderezo de una ensalada, por ejemplo.
10 recetas perfectas para acompañar con salsa de queso azul
- Salmón en salsa de queso azul
- [Ensalada de cogollos de lechuga con salmón al vapor y salsa de queso azul](Ensalada de cogollos de lechuga con salmón al vapor y salsa de queso azul)
- Ensalada de endivias, surimi y queso azul
- Pasta negra con salsa de queso azul y gambas
- Pasta con verduras y salsa gorgonzola
- Ñoquis al queso azul
- Tallarines con salsa de roquefort y carne picada
- Solomillo de ternera con salsa de Cabrales
- Solomillo de cerdo al queso roquefort
- Alitas de pollo picantes con pimentón de la Vera y salsa de queso azul
Imagen | Pixabay
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