Conoce las tres formas para comprobar la calidad de los huevos y disfrutar de su frescura en todo momento
El huevo es uno de los ingredientes más versátiles en la cocina. Puede ser utilizado de muchas maneras, tantas que hay 101 recetas fáciles, económicas y deliciosas con el ingrediente. Ya sea cocido, frito, revuelto, en tortillas, en pasteles, como parte de salsas y aderezos, e incluso para hacer postres como flanes y mousses.
Además, es una fuente de proteína y nutrientes esenciales, como las vitaminas A, D, E, y del complejo B, minerales como el hierro y el zinc, así como antioxidantes como la luteína y la zeaxantina que son beneficiosos para la salud ocular. Contiene ácidos grasos esenciales que son importantes para el funcionamiento del organismo y tiene sus beneficios puntuales, por ejemplo, si se incluye cocido por la mañana.
En España, el consumo de huevos es bastante alto, desde tortilla, huevos a la flamenca hasta postres como flanes. Ahora bien, hay que tener cuidado porque, un huevo puede estar en mal estado si no se almacena correctamente o si está demasiado tiempo sin refrigeración.
Existen signos de alerta, como un olor desagradable al romperlo, una yema plana o aguada, y la clara que se ve viscosa en lugar de clara y firme. La recomendación general: si tienes dudas sobre la frescura de un huevo, es mejor desecharlo para evitar riesgos para la salud.
De todas maneras, hay tres formas o trucos sencillos de comprobar si un huevo está en buen estado.
- La prueba del agua. Debes colocar el huevo en un recipiente con agua. Si se queda en el fondo, está fresco. Si flota, es probable que esté en mal estado dada la acumulación de gas en su interior.
- La prueba del agite. Acerca el huevo al oído y agitar suavemente. Un huevo fresco no hará ruido al agitarlo, ya que la clara y la yema están bien adheridas a la cáscara. Si se escucha un sonido de chapoteo, es probable que el contenido esté separado, lo que indica que el huevo no está fresco.
- Observar la cáscara: Una cáscara limpia y sin grietas es indicativo de frescura. Mientras que la presencia de manchas en la cáscara puede indicar que el huevo ha estado expuesto a bacterias o suciedad, o bien, si tiene grietas, puede permitir la entrada de bacterias al interior del huevo.
Un truco adicional para comprobar la frescura del huevo es, romperlo en un plato y observar la clara y la yema. Una clara firme y una yema redonda son indicadores de frescura. Si la clara se extiende mucho o parece aguada, o si bien la yema se aplana, es posible que el huevo no esté en buen estado.
Si eres de consumir este ingrediente de manera habitual, estas recomendaciones te serán útiles. Y si bien, el consumo de huevos depende de varios factores, como la salud general de la persona, sus niveles de colesterol y otros factores. Desde Vitónica, aconsejan el consumo de alrededor de 100 gramos de huevo al día que equivalente a dos unidades medianas.
Imagen | Foto 1: Jakub Kapusnak, Foto 2: Jenna Hamra
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