Son una solución en auge que ya ofrecen la mayoría de fabricantes y permiten mejorar la estética de la cocina con la misma eficacia
La campana es un electrodoméstico con gran presencia en la cocina: no ocupa poco espacio y su ubicación colgada del techo siempre la deja muy visible ante los ojos de quien accede a esta estancia.
No obstante, existe una solución más en boga que nunca que ha permitido volatilizar este elemento de la cocina y que, simplemente, desaparezca de la cocina como elemento mamotreto.
La solución no consiste, sin embargo, en eliminar la campana de la cocina, si no en reemplazarla por lo que ha pasado a llamarse campana invisible, nada más y nada menos que una campana empotrada en el techo y que apenas se percibe si se compara con la gran presencia de la otra.
Son una solución en auge que ya ofrecen la mayoría de fabricantes y permiten mejorar la estética de la cocina con la misma eficacia. Estos modelos se encuentran a la venta en las tiendas de las grandes marcas de electrodomésticos de cocina, como Balay, AEG, Haier y Conforama, entre otros.
Opción con ventajas
Este tipo de campana queda perfectamente integrada en el diseño de la cocina, de manera que no rompe la armonía de la estancia ni genera ruido visual, y, en cambio, sigue ofreciendo tanta eficiencia como la otra, al eliminar los olores, los humos y la grasa con la misma eficacia y rendimiento.
Esta es una campana diseñada para cocinas modernas, que también quieren ser funcionales, pero no desean perder su modernidad y elegancia. Esta opción permite una mayor entrada de luz y un toque más minimalista y limpio visualmente.
Su secreto reside en estar ocultas en el techo, o, en su caso, en el mueble o incluso en la encimera, según sea la distribución de cada una de las cocinas y en función de la gran cantidad de modelos disponibles en el mercado.
La limpieza de esta campana es igualmente sencilla, pues, lo importante en lavar el filtro, y hacerlo de forma regular (como siempre), eso sí ahorrándose el lavado de la estructura de la campana.
Las más comunes son las campanas extractoras de techo, que se integran perfectamente en un falso techo. Otra opción es colocarlas ligeramente suspendidas de forma paralela al techo, de manera que no ocupan el mismo espacio que las otras.
Esta opción es ideal para cocinas pequeñas en las que el espacio es oro, pero también para estancias diáfanas que apuestan muy claramente por el diseño. Además, a nivel ambiental, estas campanas también van dotadas de sistemas de iluminación de la zona de fogones.
Foto | Balay y AEG
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