La vajilla de repollo de Primark que divide opiniones entre el asombro y la confusión

La vajilla ha pasado de ser un simple elemento funcional a convertirse en un mensaje encriptado (o no tanto) sobre quienes son los anfitriones de la casa. Desde diseños minimalistas hasta piezas extravagantes, cada temporada trae consigo tendencias inesperadas que desafían la estética tradicional de la mesa.

Sin embargo, lo que ha hecho Primark esta vez ha dejado a más de uno perplejo: una vajilla con forma de repollo que, dependiendo quien lo mire, es un hallazgo genial o un objeto difícil de digerir.

No es la primera vez que la decoración se inspira en la naturaleza, pero transformar una col en un plato, con toda su textura rugosa, va un paso más allá. Este tipo de diseños, que recuerdan a la cerámica vintage de Bordallo Pinheiro o a la tendencia cottagecore de idealización de los oficios tradicionales, suelen atraer tanto a coleccionistas como a quienes buscan un toque diferente en su mesa.

Aunque, en este caso, la reproducción hiperrealista de las hojas de col rizada puede hacer que algunos comensales se lo piensen dos veces antes de empezar a comer, lo cierto es que la empresa irlandesa no ha tenido reparo en lanzar esta novedad a todas sus tiendas.

Lo curioso de esta pieza es que, a pesar de su apariencia, tiene el potencial de convertirse en una pieza de culto por su singularidad. El factor sorpresa juega a su favor y, en un mundo donde la originalidad es clave para destacar, la vajilla de Primark se ha convertido en objeto de conversación.

Más allá de su aspecto con todas las nervaduras y un color rosado muy interesante, el material es un punto a tener en cuenta. Fabricado en cerámica esmaltada, el plato mantiene un equilibrio entre robustez y ligereza, lo que lo hace apto para el uso diario (así como para microondas y lavavajillas). Aunque algunos podrían imaginar que una pieza tan detallada sería frágil, lo cierto es que está diseñada para soportar el trajín de la cocina sin problemas.

El tamaño también es otro factor clave. No estamos ante un simple plato decorativo, sino ante una pieza funcional con un diámetro suficiente para servir tanto entrantes como platos principales. Eso sí, su diseño con bordes irregulares puede no ser el más práctico para quienes buscan vajillas apilables y fáciles de almacenar.

El precio de 6 euros, sorprendentemente asequible, es otro de sus puntos fuertes. Frente a otras opciones similares en tiendas de diseño, este plato permite a cualquier persona añadir un toque excéntrico a su vajilla sin hacer una gran inversión. Y en un mercado donde lo inusual suele estar asociado a precios elevados, este detalle lo convierte en una opción tentadora para quienes buscan renovar su mesa sin comprometer el presupuesto.

Por supuesto, no todos están convencidos. Hay quienes lo ven más adecuado como pieza de exposición que como un plato en el que realmente servir comida. La textura y el color tan realistas pueden hacer que algunos platos no luzcan tan apetecibles como en una vajilla tradicional.

Sin embargo, para quienes disfrutan del diseño lúdico y del humor en la decoración, este plato es, sin duda, una opción a considerar.

Fotos | Joana Costa y Primark

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