Pasaporte decorativo de viajes propios y familiares o álbum de fotos sujetado de forma random, los imanes son casi una parte indisociable de muchas neveras de este país, de las que también penden recetas y citas médicas, menús semanales y calendarios escolares y laborales. Todo, con imanes.
Se ha escrito y dicho mucho sobre cómo la presencia de imanes afecta a la nevera como electrodoméstico e incluso a los ingredientes que esta contiene, con mitos recurrentes como que gastan mucha energía o afectan a los ingredientes que esta conserva.
¿Qué hay de cierto en todo esto? Según los expertos, los imanes no afectan al consumo de un electrodoméstico que, de por sí, gasta muchísimo, al no apagarse nunca en toda su vida útil, salvo para limpiezas a fondo puntuales.
En este ámbito, Endesa deja bien claro que el mayor gasto provocado por los imanes es una mentira, pues estos adornos magnéticos no obligan a la nevera a consumir más electricidad, echando por tierra el bulo de que "aumenta la fuerza electromagnética del campo eléctrico del aparato".
Yendo más allá, en Endesa hacen especial hincapié en esa otra falacia que insinúa que estos imanes dañan a los alimentos, pues "los campos magnéticos de estos imanes son tan insignificantes que ni siquiera atraviesan la puerta de la nevera".
Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) destaca rotundamente que los imanes no afectan al consumo ni a la conservación de los alimentos.
Según sus consideraciones, si bien es cierto que las corrientes eléctricas, como la que le llega a la nevera, interactúan con los campos magnéticos, el campo magnético que generan los imanes es tan pequeño que resulta totalmente insuficiente para modificar esa corriente.
En la misma línea, para la OCU, los imanes tampoco influyen en los alimentos: "Es falso, pues la verdad es que el campo magnético generado por los imanes es tan débil que ni siquiera puede traspasar la puerta de la nevera", subrayan.
Solo en un caso
Así, la verdadera y única razón por la que los imanes pueden suponer un problema en la nevera es cuando este electrodoméstico es de última generación, con opción smart y de pantalla táctil, aunque incluso en ese extremo conviene consultarlo en cada caso con el fabricante.
A propósito de esto, la OCU asegura que lo único que puede ocurrir es que si la nevera cuenta con pantalla táctil, es que un campo magnético fuerte puede distorsionar la pantalla.
“Sin embargo, con simples imanes decorativos es realmente complicado generar un campo lo bastante fuerte como para afectar a la pantalla”, añade, de modo que incluso en este supuesto debería tratarse de imanes realmente fuertes.
Además, señala que los fabricantes de estos dispositivos electrónicos suelen garantizar que cumplen los estándares de seguridad electromagnéticos. “De pasar algo, lo único es que se distorsione levemente la pantalla, pero esto es muy improbable”, añade.
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Así, no hay de qué preocuparse y no es necesario retirar la colección de imanes de la nevera, porque claramente esta “no va a hacer que consuma más energía, ni va a estropearla, ni mucho menos afectará a la comida de dentro”, añade la OCU.
Foto | Dmitriy Zub/Pexels y Melike Benli/Pexels,
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