Los diarcas de Ribera del Duero: "Tenemos una visión global de lo que es la región vitivinícola, pero los políticos la segmentan"

No es fácil contentar a cuatro bodegueros, como para intentar contentar además a bodegueros de diferentes provincias. Sin embargo, Ribera del Duero, la segunda denominación de origen por volumen de ventas en tinto de nuestro país, alberga en su paraguas castellano a diversas sensibilidades dentro del mundo del vino.

De cómo ha sido la vendimia de 2021 a cómo se comportará la Navidad en ventas, pasando por el caballo de la exportación, de los errores y aciertos del vino, de cómo se ha contado y del futuro, cambio climático mediante, hablamos con sus dos máximos representantes.

Por un lado, Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador de Ribera del Duero (a la derecha de la foto de apertura). Por el otro, Miguel Sanz como director general (a la izquierda de la foto). Un tándem que lleva seis años trabajando codo con codo para procurar que Ribera siga creciendo.

Una denominación; cuatro provincias

¿Cuando en una misma denominación de origen hay sensibilidades tan distintas y repartidas en tanto territorio, no hay tentaciones de salirse o diferenciarse?

Miguel Sanz: A nosotros nos gusta explicar que existen cuatro partes de Ribera y no cuatro Riberas distintas. Lógicamente existen diferentes partes: la soriana, la segoviana, la burgalesa y la vallisoletana, pero también creemos que el concepto de blend y de mezcla, tan arraigado en nuestra zona, es parte de ese éxito.

Enrique Pascual: Somos imprescindibles los unos y los otros, y lo bueno es que no hay un trasfondo en esas diferencias que pudiera ser perjudicial porque no hay un fondo político o empresarial. Creemos que la Ribera es todo corazón, aunque cada uno defiende su núcleo y su pueblo, que está bien, claro, pero siempre como parte de Ribera.

Viñedos en Ribera del Duero. © CRDO Ribera del Duero

¿Y si ponemos sobre el mapa las nuevas figuras que están surgiendo como los vinos de pueblo, de paraje, los viñedos singulares, trasladados a Ribera?

M.Sanz: Ya existen los vinos de pueblo en algunas bodegas de Ribera porque, de acuerdo a la normativa, vienen de ese pueblo.

E. Pascual: Quizá no haya que crear nuevas figuras para no confundir al consumidor. Hay que pensar en la gente de la calle, contarles el vino y ver a qué les suena y ver si les estamos orientando. De momento no nos negamos, pero hay que cogerlo con prudencia".

M.Sanz: Todas esas definiciones tienen un origen, pero luego deben asegurar unas características que realmente sean diferenciales y que el consumidor conozca. Están saliendo muchos vinos de paraje, vinos de pueblo, y si se demuestra que realmente hay una diferencia real y funcional, el modelo habrá funcionado.

Un 2021 optimista

En el mundo del vino nunca llueve a gusto de todos, y en Ribera, si hablamos de climatología, aún menos. ¿Cómo ha sido el año en Ribera?

M.Sanz: Hay zonas que están contentas, que es donde ha caído poco granizo, y que más o menos coincide con la zona de Roa (Burgos), y otras donde ha habido pedrisco y hielo de invierno. Algunas con más intensidad, otras con menos, pero ha salpicado a zonas importantes de Burgos, de Soria o de Segovia. Calculamos que hay unas 5.000 hectáreas tocadas (de un total de 24.517 hectáreas).

E. Pascual: La Ribera es muy atípica porque siempre pasa algo. Un año hay sequía, pero al siguiente hielo, y así. Este año llovió cuando tenía que llover, ha habido una vendimia larga que ha permitido vendimiar cuando cada uno ha querido y se han recogido unos 109 millones de kilos. Como total no es un mal año.

Navidad está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo se está comportando con Ribera este 2021 postpandémico?

M.Sanz: Estamos creciendo a un ritmo del 9% sobre 2019; el año comercialmente está muy bien. Hay grupos que están vendiendo muy bien y otros, que dependían más de hostelería, han sufrido más. Si pones una gran lupa, las ventas van muy bien y beneficia a todos los segmentos.

"Estamos creciendo a un 9% más de lo que crecíamos en 2019"

¿A todos?

M.Sanz: Sí, sí, a todos porque Navidad permite ofrecer productos únicos y diferenciadores. Recurrir al momento del regalo, del detalle, de sorprender, no es un consumo de fin de semana de supermercado, sino que se busca ese detalle. Además, la Navidad es la época del año con mayor consumo de tintos.

E. Pascual: Navidad beneficia a todo el mundo. Tanto al que tiene más cantidad y es más comercial como al que lo es menos. Además, los restaurantes se llenan que es donde más consumo hay. Es la época del año que más se vende y se nota porque cuando hay demanda, la oferta es para todos. Es cierto que hay bodegas que no tienen ese espíritu comercial todavía, pero cada uno tiene sus objetivos.

Fuera de España, ¿cómo se ve a Ribera? ¿Cuáles son los mercados maduros?

E. Pascual: No hay mercados maduros para Ribera a nivel internacional. Si vas a México, suena mucho, donde se venden los de más alta gama y donde la marca está consolidada y es conocida. También crecemos en Estados Unidos y Canadá, pero luego hay mercados más complicados, más orientados al precio, como son Alemania u Holanda.

Ribera para posicionarse en calidad tiene que entrar en restauración como mercado nicho. Además, tampoco tenemos tanta producción. De unos 95 millones de botellas solo exportamos alrededor del 19% o 20%. Y también importa lo que exportamos. El precio medio de la exportación ha ido creciendo. No estamos exportando el roble, sino vinos de alto valor añadido que es donde Ribera compite; el consumidor de precio internacional siempre va a consumir lo más barato y esa no es nuestra guerra.

"Cuando exportemos el 40% de lo que producimos podremos estar contentos".

Aún así, imagino que se querrá subir la parte del pastel de la exportación.

E. Pascual: Nos falta mucho en exportación. Cuando exportemos el 40% de lo que producimos podremos estar contentos, pero por las características climatológicas tampoco nos lo podemos permitir. Un año tienes producción alta y puedes exportar y al siguiente no. Si el suministro a la exportación no es consistente y continuo es difícil hacer marca.

Marcas de siempre y nuevos actores

Enrique Pascual, presidente CRDO Ribera del Duero y Miguel Sanz, director general CRDO Ribera del Duero.

¿Qué papel juegan las grandes marcas como abanderadas de Ribera? Hablamos de Pago de Carraovejas, de Pingus, de Villacreces, de Valduero, de Viña Pedrosa...

E. Pascual: Las grandes marcas están orgullosas y cuando salen, aunque sean una marca en concreto, sí dicen que son Ribera, y nosotros también nos apoyamos y les apoyamos.

¿Tiene margen Ribera para seguir creciendo?

E. Pascual: No se contempla aumentar la zona de producción porque es que de hecho no podemos ni comercializar toda la superficie que hay posible actualmente. ¿Para qué vamos a aumentar la zona si aún hay superficie que está sin comercializar dentro de los límites actuales?

En cualquier caso, hay proyectos de fuera de Ribera que están llegando a la zona.

M.Sanz: Las bodegas están llegando a Ribera, y son muchas. Lo que nos dicen cuando llegan es porque la zona les ofrece las condiciones para hacer grandes vinos. Vienen a producir pequeñas cantidades, de 60.000 a 100.000 botellas de alto valor añadido. No vienen a hacer volumen masivo porque es una zona cara y complicada.

"Los grupos bodegueros tienen un pastel y cuando buscan la guinda, buscan que sea de Ribera"

E. Pascual: Para entendernos, los grupos bodegueros tienen un pastel y cuando buscan la guinda, buscan que sea de Ribera.

Aún así, en una zona tan amplia y tantas disparidades, topar con un vino malo en una zona tan grande puede echar para atrás a un cliente que piense que toda la zona es igual.

E. Pascual: Hay que diferenciar el vino malo del vino diferente. El que hace malo no beneficia al conjunto. Otra cosa es el vino diferente y en Ribera hay vinos muy diferentes porque a lo mejor en una misma hectárea tienes dos uvas diferentes. Siempre y cuando haya calidad y el vino sea bueno, será bien recibido que sea diferente.

Vistas del Castillo de Peñafiel desde la bodega Pago de Carraovejas.

Cuando hablamos de Ribera, hablamos de una denominación de origen grande en extensión [150 kilómetros de río] y en viñedos [esas 24.000 hectáreas] con distintas sensibilidades que puede encontrar problemas por esas grandes diferencias de vinos cuando el mundo de la vitivinicultura pretender ir a una borgoñización de denominaciones más pequeñas y más atomizadas en función del territorio.

E. Pascual: Es un comentario generalizado y creemos que es borgoñización es perjudicial. No es bueno que el territorio esté tan delimitado en lo que es bueno o malo de antemano y la gente lo ponca como referencia. Me parece más democrático, amplio y con más posibilidades este tipo de DO, como Ribera, porque si marcas solamente unos terrenos como buenos, ¿quién va a salir de otro terreno parecido y con nuevas ideas si ya de por sí dicen que su terreno es malo o no es tan bueno?

"No es bueno que el territorio esté tan delimitado en lo que es bueno o malo de antemano"

M.Sanz: Nos pasa que nos comparan con otras denominaciones españolas, pero es que somos distintos. Somos una denominación joven [creada en 1979] en la que hemos cometido errores, pero también aprendido de ellos y creemos que estamos en el camino correcto. Los nuevos viticultores, los nuevos vinos que están saliendo. Ya no hablamos solo de dos marcas de prestigio, cada vez hay mejores puntuaciones. Ribera será una zona grande pero diferenciada diferenciada.

E. Pascual: Hemos visto gente aquí que ha resurgido con una forma determinada de hacer vinos de primera línea sin estar tan condicionados por el territorio y que, curiosamente, me parece una forma de dar más oportunidades.

Política y cambio climático

Por dónde libra la batalla del enoturismo, de la juventud y de la pugna política la denominación.

E. Pascual: Estamos muy contentos de cómo funciona el enoturismo en Ribera, pero falta voluntad política. Ribera puede competir con los grandes vinos franceses e italianos, pero las rutas del vino tiran también del carro. De hecho, somos la segunda ruta del vino más visitada de España, solo por detrás de la de Jerez, y eso que estamos en el interior, pero podríamos ir mejor.

También hay que poner sobre la mesa el papel de la Autovía del Duero, la A11, que suscita dudas entre muchos de los habitantes de la Ribera.

"La administración aporta ayudas al turismo pero las bodegas no las pueden recibir porque la actividad enoturística no se considera como turística"

E. Pascual: Hay gente en contra, pero la mayoría de gente está a favor. El problema es que no está hecha porque obedece más a una falta de voluntad administrativa que a un problema con el sector del vino, pero lidiar con las administraciones es un problema. Es una zona con gran potencial, con actividades de enoturismo que están teniendo éxito pero que siempre acaban siendo iniciativas privadas.

Resulta que la administración aporta ayudas al turismo pero las bodegas no lo pueden recibir porque la actividad enoturística no se considera como turística, entonces todo tiene que venir de la parte privada y lógicamente necesitan una ayuda para desarrollarse.

Esa 'batalla' política también tendrá tintes provinciales.

E. Pascual: Somos una zona de producción muy abierta y la queremos como es, pero no estamos cerrados a nada, ni a ideas ni a sugerencias. pero cuando queremos extendernos, nos marcan limitaciones y siempre topamos con la política. Ahora cuesta mucho juntar a cuatro políticos de cuatro provincias distintas y así es muy difícil hacer que Ribera crezca.

M.Sanz: Por ejemplo, organizamos las fiestas de la Vendimia en Aranda, que es la ciudad más poblada dentro de la DO, pero si vamos a pedir ayuda a las diputaciones que no son de Burgos, no les interesa. Si hacemos la Plaza mayor del Vino de Valladolid los políticos nos dicen que lo hagamos solo con bodegas de Valladolid... Tenemos una visión global de lo que es la región vitivinícola, pero los políticos la segmentan.

Vendimia.

Fuera de los despachos y ya en el campo, se oye mucho de las repercusiones del cambio climático que tendrá en el viñedo y sus soluciones. Que los vinos de Ribera en apenas 25 años han subido un grado y medio de alcohol es un hecho.

E. Pascual: Me lo dicen mucho, pero qué hacemos con la climatología. Pretender hacer algo contra el clima me resulta muy difícil. La gente de momento está yendo hacia viñedos en más altura, pero en Ribera tenemos la altura donde la tenemos y la que tenemos.

"En Ribera tenemos la altura donde la tenemos y la que tenemos"

M.Sanz: Las bodegas están estudiando clones más resistentes, se hizo un estudio en la Universidad de León para ver la influencia del pH y del potasio, y se hacen continuos brainstorming en función de la zona y del vino.

E. Pascual: Se trabaja más esa selección vegetal, esos clones, buscar uvas con más acidez y menos graduación, pero teniendo en cuenta que el 75% debe ser tempranillo porque cuando se creó la Denominación se marcaron esas pautas desde Europa. Algún día puede que se estudien mejorantes, aunque de momento no hay variedades concretas, pero estoy seguro que con alguna variedad pasará en el futuro". La realidad es que en Ribera del Duero el 97% de la uva tinta es tempranillo.

Historia y salir del lechazo

Un pase del restaurante Ambivium, con una estrella Michelin en Peñafiel.

Y si nos vamos al dni y a la restauración, dónde encontramos a Ribera entre los jóvenes y en los restaurantes.

M.Sanz: El turismo que viene a Ribera es muy joven y no viene solo al Sonorama. Son vinos que el público joven identifica y por eso estamos en festivales donde se consume como en los Premios Feroz, en Sitges o en la Seminci de Valladolid.

E. Pascual: En el Sonorama de 2019 se vendieron en tres días de festival 23.000 botellas de vino dentro [para unas 111.000 personas]. También se bebieron más cosas, pero es un dato que demuestra que a la gente joven le interesa Ribera del Duero.

M.Sanz:Gustan porque ahora porque tienen más fruta, menos madera, son más fáciles de beber y son vinos para disfrutar. Luego, cuando ya ese público sea maduro y tenga otro bolsillo, comprarán otros vinos, pero ahora es lo que consumen".

"El tema de los jóvenes no es solo Ribera; tiene que ser todo el sector"

E. Pascual: El tema de los jóvenes no es solo Ribera; tiene que ser todo el sector. Cuando se les echó parecía que tenías que tener un paladar adecuado para valorar esos vinos. Yo he visto de todo en el sector: desde una época, de los 70 en adelante, que tomar mal vino estaba mal visto, asociado a gente vulgar o básica y donde la gente moderna bebía otras cosas, a otra en la que parecía que había que estudiar para beber vino.

"Se bebía el gintonic, que era lo moderno, y luego pasamos a tener que hacer un máster para ir a comer y beber vino. Ahora mismo solo tienes que saber si te gusta o no te gusta, no tienes que exigir más. La prueba que no falla es de si te gusta o no. Si te pongo dos vinos sin etiqueta y uno es bueno y otro tirando a malo, te aseguro que el bueno se acaba y el malo no.

Cata de vino en Ribera.

Para eso también habrá que dar pistas y pruebas al bodeguero para saber cómo contar su vino.

M.Sanz: Intentamos educar a las bodegas porque es necesario contar la historia que está detrás del vino. El que va como turista o a hacer una cata no tiene por qué saber qué es el sotobosque.

E. Pascual: Hemos dado catas que eran un pelmazo. Hay que hacerlas entretenidas, que la gente se sienta a gusto porque si queremos darle en hora y media una chapa de explicarle cómo se hace el vino estamos perdidos.

"Intentamos educar a las bodegas sobre por qué es necesario contar la historia que está detrás del vino"

Pero si topamos con una ruta donde vemos varias bodegas en el mismo día.

E. Pascual: Es sencillo; cuando va a gente a tu bodega les preguntas: '¿Cuántas bodegas habéis visto?' Si te responden que dos o tres ya sabes que tienes que contarles otra cosa, algo más personal, y no explicarle cómo es una maloláctica o las diferencias de la barrica.

Si sentamos ahora mismo a Ribera a la mesa, qué nos cuenta.

M.Sanz: Cada vez hay una restauración diferenciada y más alejada de los platos tradicionales, que están bien, por supuesto, pero hay más alternativas.

E. Pascual: Lo hablamos con los restauradores pero nos comentan que no les resulta fácil sobrevivir si no se amoldan a la cocina tradicional. La gente va a lo que va y quiere comer lechazo, entonces no se se puede cambiar tanto porque el cliente lo pide, pero sí hay gente haciendo cosas distintas.

M.Sanz: Hace seis años hacías una visita a Ribera y comías lechazo y cenabas pincho o chuletillas. AHora hay alternativas, gente que quiere lechazo a mediodía pero cenar otra cosa, o gente que tiene pescado. Y gente que lo está haciendo muy bien, como los estrellas Michelin [como Refectorio, Taller Arzuaga o Ambivium], que son los buque insignia de que hay otra gastronomía en Ribera del Duero.

Imágenes | CRDO Ribera del Duero

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