Para producir un buen vino es necesario que la uva madure en su justa medida, que las condiciones ambientales se conjuguen a favor a través de la pluviosidad y las temperaturas y que la recolección sea en el momento óptimo. Las alteraciones de algunos de estos factores propician que el vino tenga distintos matices, tal es el caso de las uvas que se producen en Navarra.
Durante las últimas semanas, la ausencia de lluvias y las altas temperaturas han propiciado que las cepas perdieran las hojas y por tanto una aceleración en el proceso de maduración, esta ha sido adelantada con respecto a la del pasado año. Se podría temer que las uvas no se encontraran en un estado de calidad óptimo, pero los expertos indican que no es así ya que las condiciones de sequedad y las temperaturas han propiciado unas uvas sanas, estos son los datos que proporciona EVENA (la Estación de Viticultura y Enología de Navarra). Sin embargo, a pesar de que la uva esté sana, los expertos han observado también un descenso de la acidez total de los granos y un descenso del ácido málico (responsable del sabor verde y ácido de los granos de uva).
Los productores navarros deberán estudiar en algunos casos cuándo se deben realizar las vendimias si quieren obtener buenos vinos. Tenemos interés por probar alguno de los vinos que se obtendrán ante estas peculiares condiciones, ¿serán tan buenos como en años pasados?
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