La puerta de entrada a los vinos tintos de Rioja de Viña Tondonia cuesta 15 euros y tiene 94 puntos Parker

De todas las bodegas que conforman Rioja, en cualquiera de sus subdivisiones, se podrían contar con los dedos de las manos (y puede que nos sobre alguno) las que superen en fama, historia y prestigio a las bodegas López de Heredia.

El sueño primigenio de Rafael López de Heredia comenzó en 1877, cuyo legado centenario recoge desde hace años con soltura María José López de Heredia, la responsable de que los cauces de Viña Tondonia sigan por el mismo camino de finura, elegancia y estilo al hablar del vino.

Un hito de Rioja Alta que sigue enamorando, generación tras generación, y que ha hecho de las larguísimas crianzas una razón de ser para vinos únicos, muy personales y excesivamente baratos, si se es sincero a lo que se ofrece por cada una de estas botellas.

Ya solo la guarda que suponen algunos de ellos hace pensar en el regalo que es comprar un Viña Tondonia (o un Viña Bosconia, o los Viña Gravonia, referencia de los blancos de guarda en Rioja), pero hoy venimos a hablaros del regalo más grande que se puede hacer cuando se apuesta por un vino López de Heredia.

Hablamos de Viña Cubillo Crianza, cuya añada a la venta es un 2016, de ahí a que lo irónico de la crianza sea aún más llamativo. 94 puntos Parker, así como otros tantos por parte de Tim Atkin y de James Suckling, consolidan a una referencia atemporal que ahora mismo puedes encontrar por menos de 15 euros.

Si buscásemos en el diccionario comparativas de productos que valen más de lo que cuestan, este Viña Cubillo Crianza sería uno de los mejores ejemplos. De hecho, la propia María José López de Heredia advierte que se vende como crianza por razones históricas, pero "podría ser un gran reserva".

El tiempo de guarda así lo puede atestiguar, pero lo sirven como crianza por tener una gama de entrada dentro de una bodega donde el precio de un Viña Tondonia Reserva (apenas 40 euros por botella) también es un regalo.

Elegante, fresco, limpio y, en resumidas cuentas, espectacular, son algunos de los adjetivos que los críticos han servido en bandeja de plata para Viña Cubillo Crianza en su añada de 2016, donde destacan los sabores a frutos rojos en un vino jugoso, con estructura, pero aun así con un cuerpo medio, que lo hace muy amable de beber y donde también vamos a notar matices especiados y de piel de naranja.

Uno de esos vinos que cualquier sumiller y enólogo recomendaría comprar por palés, apuntalando nuestro fondo de bodega doméstico, y tener para cualquier momento del año o para quedar como reyes en un regalo.

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