Desde hace unos años el mercado internacional del vino ha conocido una evolución interesante tanto a nivel de la producción como de los hábitos de consumo. No es de sorprendernos que el país de mayor crecimiento económico a nivel mundial sea el que tiene la mayor cantidad de millonarios deseosos de adquirir y consumir las mejores botellas de vino.
Los chinos se han convertido así en los mejores consumidores de vino tinto de lujo y en particular de los vinos franceses de renombre de la región de Burdeos. Este nuevo fenómeno ha sido retratado de manera increíble en el documental titulado Red Obsession.
Producido por Lion Rock Films y narrado por el actor Russell Crowe, el documental nos lleva por las grandes propiedades de vinos de prestigio en Burdeos hasta las inmensas metrópolis asiáticas. A lo largo del camino entendemos cómo, en tan sólo unos años, los chinos se han convertido en los principales compradores de vinos de prestigio desplazando así a los norteamericanos y europeos.
La obsesión de los chinos por el vino es más que una simple moda o un capricho de unos miles de empresarios adinerados. De hecho, el consumo de vino, y de tinto en particular, se ha convertido en un símbolo de estatus social lo que explica el consumo cada vez mayor de este producto en las grandes ciudades chinas.
La Organización Mundial del Vino a colocado a China como el décimo productor mundial en 2015 y el primer consumidor de vino tinto del mundo con 155 millones de cajas de 12 botellas. Esta frenesí por el vino ha provocado un aumento en el valor de las prestigiosas etiquetas francesas como Chateau Margaux, Yquem, Pétrus o Mouton Rothschild. Sin duda un fenómeno interesante que habrá que seguir de cerca en los próximos años.
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