Los guisos de pollo merecen reclamar su protagonismo en la mesa familiar, pues son tan sabrosos y reconfortantes como los las recetas de pollo al horno. Con pocos ingredientes sencillos lograremos fácilmente un plato digno de mojar mucho pan, y la receta de pollo a la cerveza es sin duda una de las más agradecidas.
Podemos emplear las partes que más nos gusten del ave, aunque son los muslos y contramuslos, con piel y hueso, los que darán mejor sabor al conjunto. Es un plato muy versátil que podemos enriquecer con verduras al gusto o aromatizar con otras hierbas, pero, eso sí, hay que emplear cerveza de calidad si queremos que nos hagan la ola en casa, igual que al prepararlo asado en la receta de pollo al horno con cerveza.
En este caso, igual que cuando hemos hecho otras recetas fáciles y rápidas para cocinar muslos de pollo la clave está en que queden bien tiernos y que la piel aún así mantenga un tono que no la deje demasiado chiclosa.
Sacar el pollo un rato de la nevera y abrir el envase para que se atempere un poco. Retirar los posibles excesos de grasa o plumas, y secar con papel de cocina. Salpimentar y, si se desea, enharinar ligeramente.
Calentar un fondo de aceite de oliva en una cazuela grande y dorar el pollo a fuego medio-fuerte por ambas caras, trabajando en tandas si fuera necesario para no amontonar demasiado las piezas. Si agarra un poco al fondo, más sabor dará al guiso. Retirarlo a una fuente y reservar.
En la misma cazuela, añadiendo un poco más de aceite nuevo si fuera necesario, sofreír la cebolla a temperatura media-baja, rascando el fondo con una pala o cucharón de madera para sacar todo el sabor de lo que haya agarrado el pollo. Cuando transparente, añadir los ajos y dorar unos minutos.
Echar las verduras, salpimentar y añadir el tomillo. Cocinar el conjunto 15 minutos removiendo de vez en cuando. Añadir una cucharada de harina removiendo bien para que no quede cruda y no forme grumos. Pasados un par de minutos, reincorporar el pollo a la cazuela.
Cubrir con la cerveza o añadiendo mitad de caldo, llevar a ebullición, bajar el fuego y mantener la cocción suave durante unos 45-50 minutos, o hasta que el conjunto esté al gusto. Vigilar el nivel de líquido, añadiendo un poco de caldo o agua si fuera necesario.
En el caso de que queramos que reduzca más, cocinar unos 10-15 minutos más, subiendo el fuego hacia el final. Remover de vez en cuando para que se cocine todo de forma homogénea. Es aconsejable dejarlo reposar tapado antes de servir.
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Con qué acompañar el pollo a la cerveza
Un guisote con tanto sabor como este pollo a la cerveza pide una guarnición neutra que aproveche la salsa y los aromas del plato, como arroz blanco o puré de patatas. También podemos simplemente servir raciones generosas con buen pan de calidad para mojar, y dejar así los platos bien limpios. Con una ensalada ligera para abrir el menú estaremos más que satisfechos.
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